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EDITORIAL

El CIS y el Consejo Territorial del PSOE

El sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas correspondiente al mes de julio, refleja que el PP obtendría un 41,2% de los sufragios, seis puntos por encima del PSOE. Los socialistas conseguirían un 35,2%, perdiendo cuatro puntos respecto al sondeo de abril. La noticia del retroceso en intención de voto de los socialistas, aunque previsible por su deriva política de los últimos meses, se produce a sólo dos días del Consejo territorial que el PSOE celebrará este fin de semana en la localidad cántabra de Santillana del Mar. La publicación de los datos del sondeo ha coincidido y ha venido a reforzar las declaraciones de algunos dirigentes críticos que, como Cristina Alberdi o Gotzone Mora, han pedido a José Bono —quien también se ha querido distanciar de propuestas como la de Maragall o el papel del PSOE en la crisis madrileña— que ponga orden en el caos ideológico y programático del partido socialista y reitere en el Consejo la oposición de muchos socialistas a la aproximación de Ferraz al nacionalismo en el País Vasco y Cataluña.

Sin embargo, no parece que la directiva de Zapatero vaya a afrontar una rectificación a la luz de las encendidas declaraciones con la que ha iniciado el curso político, en las que se ha insistido en un discurso que ha llevado al PSOE a ir desconectándose del electorado. También pocos cambios se pueden esperara si los socialistas no empiezan a constatar esta realidad que ha venido a reflejar el último sondeo del CIS. Lejos de ello, el portavoz del PSOE, Jesús Caldera, ha arremetido furibundamente contra el Gobierno al que ha acusado de “asfixiar la democracia” y manipular el sondeo en la “cocina cuartelera” de Presidencia.

Caldera ha utilizado las diferencias entre los datos de intención y estimación de voto para acusar al Gobierno de haber manipulado los resultados a su favor. Aunque siempre se pueden hacer criticas en cómo se cuantifica esta última variable, no menos distorsionador es fijarse únicamente —como pretenden los socialistas— en la intención de voto directo. Además, aunque así fuera, no dejaría de quedar patente, aunque de forma más leve, la caída del voto socialista.

Además de la negativa a ver la realidad y de la tozudez con la que Prisa anima a Zapatero a no corregir su camino, hay otro factor para no esperar grandes cambios en el PSOE tras el Consejo territorial de Santillana del Mar. Y es que, aunque Bono haya querido marcar distancias frente a la directiva de Zapatero, su intención no es tanto corregirle ni competir ahora en el liderazgo, sino separarse de una caída electoral que, en unos meses, aún puede ser mucho mayor que la que ahora pronostican los sondeos. Bono tiene muy bien medidos los tiempos y sabe que, a escasos siete meses de la elecciones, ni él ni nadie puede precipitarse en esa tarea. Bono esperara a que Zapatero se estrelle él solo. Y eso es precisamente lo que se está “cocinando”, y no los datos de los sondeos del CIS.

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