La decisión ya está tomada, comunicada a los interesados y anunciada públicamente. Aznar ha guardado el secreto de las siete llaves hasta el último minuto y, cuando él ha dado la orden, el Palacio de La Moncloa lo ha hecho público de forma oficial a través de la agencia Efe. Una fórmula que puede disgustar a más de uno, pero que ciertamente es jugar limpio con todos los medios de comunicación. Nadie se ha llevado el gato al agua y a todos, en un momento tan difícil, se les ha tratado por igual. En ese sentido, el secreto se ha pilotado bien hasta el final.
Aznar, pasadas las dos y media de la tarde, se lo comunicaba en un almuerzo a los tres afectados directamente: Rato, Rajoy y Mayor, que estaban acompañados por el secretario general del PP, Javier Arenas. El presidente del Gobierno durante toda la tarde del viernes y la mañana del sábado ha estado recabando apoyos concretos y personales a la propuesta. Para ello ha hablado con la gran mayoría de miembros de la Ejecutiva del Partido sin desvelarles el nombre del elegido. Una vez que estaba asegurado el éxito de la iniciativa, se ha hecho oficial. Como ya hemos comentado, en esta ocasión Aznar se ha salido con la suya. Lo ha conseguido hacer como él lo quería hacer. Hasta el último minuto. Hasta el último momento.
Con la decisión, pues, tomada y conocida, sabiendo ya que Mariano Rajoy será el candidato del PP a la presidencia del Gobierno en las próximas generales, hay varias anotaciones para un primer análisis:
1. Aznar ha escogido a uno de su propia generación. Ha querido de esta forma premiar a los que fueron compañeros suyos en la oposición y que hicieron todo el trabajo sucio en el desierto y en el Gobierno. Con esta decisión, Aznar agradece públicamente el trabajo a todos los que le han acompañado estos años.
2. Aznar, además, ha escogido a un valor seguro. Rajoy no es un fenómeno de masas, ni siquiera tiene dotes de liderazgo, pero es un político eficaz en la gestión e incombustible en el desgaste. Rajoy, que lleva casi ocho años en el Gobierno, ha conseguido mantener el tipo incluso siendo Portavoz, una verdadera silla de tortura, en momentos tan difíciles como el desastre del Prestige o la guerra de Irak.
3. Aznar ha tenido que dejar en la cuneta a primeros espadas del partido. Habrá que estar muy pendientes en los próximos meses a la reacción real de los "seguidores" de los candidatos. Ahora todo serán felicitaciones para el elegido, pero el paso de las semanas irán dejando a cada uno en su sitio.
4. Ahora falta por saber cómo quedará Mariano Rajoy dentro del Gobierno. Hay quién piensa que debe salir del Ejecutivo, aunque otros prefieren que siga, pero todos coinciden en que debería dejar de ser el Portavoz del Gobierno, ya que es un lugar demasiado expuesto para el candidato.
En definitiva, Aznar con su apuesta por Rajoy, designa a un valor seguro. Ahora y en los próximo meses tendrán que trabajar desde el PP para convertir al nuevo candidato en un líder de su partido y en un cabeza de cartel con tirón electoral. Con Rajoy está claro que Aznar toma una decisión medida y prudente. Es una decisión de continuidad en un estilo y en una forma de hacer política. Con Rajoy se presenta a las elecciones el llamado "equipo de Aznar".
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