Menú
EDITORIAL

PSOE: se necesita programa por encargo

El punto fuerte del gobierno del PP es la política económica, el aspecto clave por el que la mayoría de los gobiernos se mantienen en el poder si la gestión es buena, o han de abandonarlo cuando fracasan. Rodrigo Rato, Cristóbal Montoro y José Folgado –por citar algunos nombres– son competentes economistas; además, el propio Aznar ha sido inspector de Hacienda y Mariano Rajoy registrador de la propiedad. No es necesario insistir en que, en medio de una recesión mundial, especialmente intensa en Europa, Aznar y su gabinete han conseguido mantener a España como una isla de relativa prosperidad, donde se crea casi la mitad del empleo de Europa.

Por el contrario, y dejando a un lado la cuestión nacional, la asignatura pendiente de Zapatero y su equipo es precisamente la economía. Tras casi dos años de vana retórica y de oposición de pancarta, a salto de mata, parece que Zapatero se ha dado cuenta de que, con las elecciones generales a la vuelta de la esquina y a poco más de un mes de las elecciones en Madrid, el primer partido de la oposición carece de programa económico y sólo cuenta con un limitado repertorio de grandilocuentes declaraciones de intenciones, muchas de ellas incompatibles entre sí.

Consciente de que entre sus filas escasean los economistas competentes, Zapatero encargó de urgencia hace unos dos meses un programa económico a Miguel Sebastián, profesor de la Universidad Complutense y ex director del servicio de estudios del BBVA. Fue Miguel Sebastián, precisamente, quien aconsejó a Zapatero y a Sevilla la propuesta del tipo único en el IRPF en junio de 2001 –enterrada poco después a instancias de Borrell– cuando aún era director del servicio de estudios del BBVA. Y fue precisamente Sevilla, en un ataque de celos, quien le vetó el pasado julio, amenazando a Zapatero con presentar la dimisión si se encargaba a Sebastián y su equipo de economistas la redacción del programa económico.

Aunque Sevilla consiguió parar por dos meses –hasta principios de septiembre– la actividad de Sebastián, la situación del PSOE es tan crítica que Zapatero, por una vez, ha impuesto su criterio y Sebastián ha reanudado su labor –no remunerada, por cierto–, cuyas líneas generales se hicieron públicas el jueves: equilibrio presupuestario –salvo en épocas de crisis–, no incrementar la presión fiscal, de nuevo el tipo único en el IRPF y la promesa de evitar el intervencionismo en las empresas privatizadas. En definitiva, y con algunos aditamentos en materia de política social –como el salario de integración–, se trata de presentar un programa económico con grandes paralelismos con el del PP, con el objeto de lavar la imagen radical del PSOE, considerablemente acentuada por Simancas en Madrid.

Justo es reconocer que, en principio, se trata de un programa más o menos razonable –descafeinado, si se compara con el del PP– que busca recuperar el voto del centro después de año y medio de radicalismo. Sin embargo, la cuestión es, en primer lugar, si Zapatero logrará imponer con su débil liderazgo un programa de encargo que va a causar grandes divisiones en el seno del PSOE, como pudo comprobarse cuando Sevilla propuso el tipo único en el IRPF. En segundo lugar, el líder del PSOE tendrá que explicar qué proporción de ese programa se aplicará en el hipotético caso de que necesite los votos de Izquierda Unida para aprobar el Presupuesto. En tercer lugar, queda por ver si el votante de centro preferirá la receta original del PP, que ha dado excelentes resultados, o el sucedáneo de Zapatero y su asesor, Miguel Sebastián. Cuyo primer enemigo es, por lo que parece, precisamente el candidato a ministro de Economía, Jordi Sevilla, teóricamente el encargado de ejecutar el “encargo".

Y en último lugar, lo más difícil: el líder del PSOE tendrá que aportar alguna garantía a los electores de que se mantendrá firme en su propósito, sin echarse atrás por mucho que empujen la vieja guardia o los guerristas. De lo contrario, este programa de encargo acabará también olvidado en el baúl de los juguetes rotos... esperando la compañía de Zapatero.

En Libre Mercado

    0
    comentarios