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Ignacio Villa

La verdadera herencia de Aznar

La intervención del presidente Aznar ante la Asamblea General de Naciones Unidas nos ha vuelto a enseñar el perfil mas fuerte y acertado del jefe del Ejecutivo español. José María Aznar deja, ya sin ningún género de dudas, como una de sus grandes herencias políticas la contundencia en la lucha contra el terrorismo etarra y su capacidad por haber sabido dar una dimensión internacional a ese mismo terrorismo. Ha costado mucho esfuerzo, han sido muchas horas de trabajo, se han encontrado muchas luces con muchas sombras, pero al final la idea y el mensaje central han ido calando en muchos Gobiernos de todo el mundo y en las más importantes instituciones internacionales: el terrorismo de ETA no tiene una dimensión provinciana y anecdótica; el terrorismo de ETA es salvaje, cruel e inexplicable como cualquier otro terrorismo. Es ya una realidad, cada vez mas extendida, que a los pistoleros de ETA no se les justifica en foros donde antes encontraban una cierta repercusión. ETA ahora es terrorismo puro y duro, y esa realidad se debe en buena parte a la visión política del presidente Aznar.

Su paso por la Asamblea General de Naciones Unidas este martes nos ha dejado de nuevo tres claras referencias en esta lucha internacional contra el terrorismo: la creación de una lista de organizaciones terroristas, el cierre total y absoluto de los cauces de financiación del terrorismo y la creación de una plataforma, al amparo de Naciones Unidas, que sirva para las reivindicaciones de las víctimas del terrorismo. Aznar, que hace ya unos meses proponía esto ante el Consejo de Seguridad, lo propone ahora sin matices ante este Asamblea General. Son iniciativas encaminadas a luchar contra el terrorismo allá donde sea necesario, pero al mismo tiempo están perfectamente encaminadas para acorralar a la banda terrorista ETA. Esa afirmación que hemos escuchado tantas veces de que "ETA esta mas sola que nunca" esta semana en Nueva York se ha visto de una forma gráfica y evidente.

El actual presidente del Gobierno dejará La Moncloa el próximo mes de marzo. Ocho años de gestión política en la que sobresale un estilo nítido para señalar donde esta el verdadero problema del terrorismo. Aznar ha sabido ir cortando las alas a la banda terrorista ETA, ha dinamitado las coartadas políticas de las que disfrutaban y ha acorralado socialmente a los terroristas. El actual Ejecutivo ha alcanzado verdaderos "triunfos" internacionales en esta lucha contra la salvajada etarra. Lo triste de toda esta historia es que el nacionalismo vasco ha ido alejándose cada vez más de la lucha decidida contra ETA hasta quedar situados en una complicidad absoluta con los terroristas. Es como si hubieran quedado en evidencia sus artimañas y sus trucos de otros tiempos, y ahora ya nos les quedará más solución que tirarse al monte para evitar que se les acabe su "abono permanente al poder".

Pero lo peor es que cuando frente a este nacionalismo cambiante y cobarde estaban juntos el Partido Popular y el Partido Socialista, de un tiempo a esta parte, los socialistas con el visto bueno de Rodríguez Zapatero han iniciado un camino de imposible explicación hacia la ambigüedad política. El PSOE que hasta no hace mucho mantenía una dosis imprescindible de sentido común en esta historia, ya ha comenzado a descolgarse peligrosamente. Y no sólo eso, el camino emprendido por los socialistas puede tener un final imprevisto y muy peligroso. Algo que en año electoral es muy determinante. ¡Allá ellos y sus miserias! Al menos, a los demás nos queda una buena herencia del presidente Aznar, una herencia que ya estamos disfrutando todos los ciudadanos.

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