Menú
Guillermo Rodríguez

Ni se busca ni se compara

La frase ya es legendaria: "Busque, compare, y si encuentra algo mejor... cómprelo". Ninguna pega a la sentencia, excepto que los más perezosos nunca la apoyarán: muchas veces el ejercicio de comparar acaba resultando terriblemente tedioso. Mejor que lo hagan los demás por nosotros.

Internet nos da los alimentos masticados. Apenas apretamos un botón y ahí lo tenemos: una lista con el producto que queremos comprar, las tiendas donde lo venden y el precio en cada establecimiento. Es la comodidad elevada al cubo proporcionada por los comparadores de precios.

Si se analizan los comparadores disponibles en España puede descubrirse que la diversidad es inexistente. Sólo existe uno: Kelkoo.es, nacido tras la compra por la francesa Kelkoo de Dondecomprar.com. Superviviente de la criba del sector, su servicio disecciona los productos por precios, tiendas donde adquirirlos y tiempo de disponibilidad.

Es fuera de nuestras fronteras donde los comparadores de precios gozan de más pujanza y la batalla es más encarnizada. Algunos tradicionales, como BizRate.com, han visto estos últimos meses cómo la competencia ha crecido a pasos agigantados. El problema es que los que llaman a la puerta pidiendo paso son empresas como Google, Yahoo! o Amazon. La crème de la crème de Internet.

El que a priori genera más competencia es Froogle, ya que funciona con la misma eficacia que el buscador Google. A pesar de que sólo opera en Estados Unidos, su llegada en pocos meses a otros continentes se da por hecha. Su mayor inconveniente es que, técnicamente, este servicio no puede definirse de comparador de precios. En Froggle el usuario teclea la palabra ‘cámara digital’ y tan sólo obtiene resultados con las tiendas donde adquirir ese producto. Por eso, cabría definirle mejor como buscador de tiendas.

El paso adelante dado por Yahoo! tiene mucho más sentido. El presidente del portal, Terry Semel, siempre ha expresado su deseo de no depender tanto de los ingresos publicitarios para obtenerlos por otros medios. El comercio electrónico es uno de ellos. Su nuevo servicio de búsqueda y comparación de productos en su tienda online, Yahoo! Shopping (que se ha rediseñado para la ocasión), ha estado muy calculado: las Navidades están a la vuelta de la esquina.

Aún nonato, Amazon.com da los últimos retoques a su nuevo portal de comparación de precios. Para no despistar, la nueva empresa se llamará A9.com. Poco más se sabe de ella, salvo que nace apadrinada por Amazon y que estará disponible en pocas semanas.

El que tal vez ha armado más revuelo estos últimos meses ha sido Shopping.com, un nuevo comparador de precios que surge del acuerdo entre el comprador DealTime.com y Epinions, al que muchos consideran como el mejor servicio en Internet de valoración de productos y servicios por parte de los usuarios. Y para echar a andar, nada mejor que el mismísimo The New York Times le eche una mano en forma de página completa. Motivos hay para ello: Shopping.com va más allá de un comparador tradicional al incluir, además del precio, datos, descripciones, valoraciones, disponibilidad de productos o guías de compra.

Todos los comparadores de precios tratan de hacerse hueco en un sector sobre el que cae la peor de las desgracias: que los internautas apenas sepan que existen. Un estudio elaborado por la consultora Forrester reveló a principios de año que sólo el 5% de los compradores on line utiliza un comparador a la hora de buscar un producto en Internet. Para evitar esta indiferencia, todos los expertos coinciden en señalar que los gadgets dejarán de ser el principal artículo de venta en estos sitios y ampliarán la oferta a muebles, ropa y cosméticos.

Está muy bien comprar en Amazon.com, eBay o la Fnac. Pero nunca está de más mirar en un comparador de precios. Nuestro bolsillo lo agradecerá.


En Tecnociencia

    0
    comentarios