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Irwin M. Stelzer

Economía y elecciones

Aquí en Washington las elecciones no parecieran ser en noviembre de 2004 sino ahora. El equipo de Bush trata de calcular cuán rápido tiene que crecer la economía para contrarrestar las muertes en Irak. Y si a los demócratas se le quitan los argumentos económicos, lo único que les queda son sus ataques al presidente de una nación en guerra, algo muy impopular y que parece darle la espalda a nuestras tropas.
 
Una combinación de las reducciones de impuestos hechas por el presidente y las múltiples reducciones de intereses aplicadas por la Reserva Federal, unidas a la proverbial suerte de George W. Bush, apuntan a la reelección. Ni siquiera los más optimistas en el gobierno cuentan con una repetición del  crecimiento de 7,2% en el tercer trimestre, pero el gasto efectuado por los consumidores ha impedido una fuerte recesión.
 
Los bajos intereses produjeron una ola de refinanciamiento de las hipotecas de los dueños de casas, las cuales alcanzarán unos 600 mil millones de dólares para el año 2003. Pero aun si los consumidores gastan menos, es probable que en el actual trimestre el crecimiento sea más del 4,5%. Los aumentos en la Bolsa mantendrá a la gente contenta y optimista, por lo que las tiendas estarán llenas para las festividades de fin de año.
 
Yo coincido con los optimistas. Creo que estamos al principio de un período de crecimiento sostenido de la economía. El sector servicio crece. Las actividades manufactureras se aceleran para dar frente a la demanda y para reponer inventarios que se dejaron caer demasiado. Nuevos pedidos alcanzan el nivel más alto desde mediados de 1994. Pedidos no entregados por equipos de capital están 6% por encima del nivel de comienzos del año. El gasto en construcción es el más alto en la historia. Las ganancias están muy por encima de lo que se esperaba y el flujo de caja aumenta.
 
La productividad empresarial, que aumentó a la increíble tasa de 7,4% en el tercer trimestre, se mantiene muy por encima de los aumentos de salarios, lo cual mejora los márgenes de utilidad. El economista Larry Lindsey dice que “dentro de un año, las ganancias se acercarán a 12 centavos por dólar de ventas, lo cual estaría muy cerca del récord alcanzado en 1997 de 12,6 centavos”.
 
Lo que más ayuda a la reelección de Bush es que el desempleo cayó de 6,1% a 6% en octubre y la economía añadió 270.000 puestos de trabajos no agrícolas en los últimos dos meses. El equipo electoral de Bush mantiene desde hace tiempo que si la tasa de desempleo se mantiene por debajo de 6% y la tendencia es a la baja, el presidente será reelecto con un amplio margen.
 
A pesar del crecimiento económico y aumentos en los precios de materiales, la Reserva Federal promete mantener bajos los intereses. Según los chismes de la capital, Alan Greenspan, a cuyas políticas al frente de la Reserva Federal muchos culpan de la economía débil que le costó la reelección a Bush padre, esta vez no está dispuesto a volverlo hacer y aumentar los intereses antes de las elecciones.
 
Un conocido analista de la capital me decía en estos días: “Si no logramos hacer que la economía crezca cuando la tasa de interés es prácticamente cero, miles de millones de dólares están siendo reembolsados a los contribuyentes para que los gasten y el gobierno está produciendo un inmenso déficit, entonces tendríamos que regresar todos a la escuela para aprender qué es lo que mueve a la economía moderna”. Parece que eso no será necesario.
 
Irwin M. Seltzer es director de estudios de Política Económica del Hudson Institute.
 

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