El desembarco de medios informativos en Galicia al cumplirse el aniversario del hundimiento del “Prestige” ha tenido magnitudes similares a las del año pasado, y en el mundo audiovisual ha sido Telecinco la que ha cogido con más ganas el retorno a la tragedia. Estimulados por la concesión de un premio Ondas por el seguimiento de la catástrofe, la cadena ha vuelto al chapapote con gran ímpetu en un ejercicio que tiene más de búsqueda del pasado que proyección de futuro.
El esfuerzo informativo de la cadena, repetido en todos los telediarios durante días, tiene un lado negro. La insistencia, en muchas ocasiones, no viene dada tanto por el interés de los reportajes que se emiten, sino por la necesidad de exprimir el lado dramático de una desgracia que vuelve a casa por Navidad. El jueves, cuando se cumplía el año, Telecinco ofreció imágenes inéditas del momento en el que el buque se partió en dos. Era un documento importante, y fue analizada con detalle la evolución del hundimiento, que duró entre tres y cinco horas.
De lo que no querrá acordarse Telecinco es del papelón que representó Mercedes Milá en la Nochevieja, con aquellos bocinazos desde Muxía que estaban grabados y nos hicieron pasar por directo. El espíritu de “Gran Hermano” y el autobombo reivindicativo que montó la cadena tuvo un tinte tan oscuro como el chapapote y marcó el punto siniestro al que se puede llegar cuando la demagogia y el espíritu de empresa se alían y desbaratan cualquier esfuerzo informativo serio.
Una de las enseñanzas que cabe sacar en este aniversario es que hay que ser rápidos en el cálculo de las noticias, algo de lo que ha tenido que tomar nota TVE, que ahora anda algo más presta en la información, aunque siempre con el toque Urdaci. Él fue el encargado de dirigir un debate esta semana sobre el tema que, como otros muchos de su factoría, no marcará época. Los informativos no rehuyen el tema, pero tienen aire gubernamental, y para cubrir la cuota ecologista ya tienen “El escarabajo verde”, que aparece en “La 2” en un horario casi clandestino. Los dos programas monográficos dedicados al “Prestige” han pasado por la programación con el sigilo que acostumbran unas producciones pensadas para que las vean unos pocos.