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Guillermo Rodríguez

Tú difama, que yo me río

Mucha gente sostiene que en Internet no hay espacio para la carcajada. Mienten. El que esto firma se ha reído hoy a base de bien. Risa de la sana, risa provocada por la vergüenza ajena. Risa con un punto de conmiseración por los que no tienen otra cosa que hacer en su vida que perder el tiempo difamando, calumniando y entorpeciendo el normal vivir de algunas personas.

Me explico. A través de un grupo de noticias me ha llegado el enlace a un nuevo weblog que acaba de aparecer en la Red. Su nombre lo dice todo: Mentiras Digitales. El grupo o la persona, porque poco se detalla sobre la autoría de los textos, pretende/pretenden convertirse en los sheriffs de la Red española. Más bien de lo que se escribe en Internet y, sobre todo, de quién lo escribe.

Supongo que la intención de los autores o del autor es hacer bueno el dicho de "calumnia, que algo queda", porque, o es eso, o no se entiende a cuento de qué perder el tiempo en este tipo de tonterías. Por el momento el Blog sólo se ha ensañado con tres periodistas digitales: Nacho Escolar –que aparte de tener un excelente weblog se encarga de las noticias de Internet en la cadena Tele 5–, Antonio Delgado, responsable asimismo de Caspa TV , weblog “dedicado a la evolución de los mass media y su influencia en la sociedad”, y Eduardo Pedreño, editor y director de Diario Red , Blog de noticias sobre Internet y Nuevas Tecnologías.

Los ataques vertidos contra estos periodistas rozan el ridículo. No hay mayor desprecio que no hacer aprecio, y los autores/autor de Mentiras Digitales consiguen todo lo contrario: ahora muchos lectores tienen la posibilidad de consultar tres weblogs de excelente calidad gracias a este/os autor/es anónimo/s.

Mentiras Digitales roza el ridículo por varios motivos. El principal porque ataca con insultos: ora les llama “gentuza” cuando no “personajes”, ora alude a sus “huevos”. En fin, un lenguaje demasiado barriobajero que desacredita la totalidad del contenido. Parece más bien que de lo que se trata es de iniciar una caza de brujas digital o vengar disputas pasadas.

Es al final de la página, al llegar a las intenciones con las que el Blog se ha creado, cuando uno comienza a reírse a mandíbula batiente. Nuestros defensores (aquí sí pluralizan) pretenden que Mentiras Digitales se convierta en un “foro de denuncia de todos aquellos que perjudican nuestra profesión”, desde los que se dedican a cortar y pegar noticias, hasta los que utilizan sus medios digitales para manipular información. Teóricamente (sólo teóricamente, porque yo no me apostaría ni un pelo del cabello a que lo que se publica sea cierto) se trata de “un grupo de gente que esta harta de ser estafada y víctima de tantos gurús que se han aprovechado de nosotros para explotarnos y aumentar su visibilidad y proyección en Internet”. Y para rematarlo, la guinda final en forma de lema: “Todo lo que quisiste saber y nunca te han contado de los gurús del periodismo digital”. Por Dios, esto huele a amarillismo, a Blog de portería, de cuchicheo sin fundamento, de Qué me dices en plan cutre.

Es lo que tiene en Internet: cualquier persona, desde el científico más reputado hasta el analfabeto más reincidente, puede escribir lo que le venga en gana. Ninguna objeción a esto, ya que debe ser el lector el que diferencie el grano de la paja, la calumnia de la información. Aquellos que posean la suficiente calma como para no indignarse y capacidad para trasformar la ignominia en unas saludables risas, nada mejor que meterse en weblogs de este tipo. Lástima que no se sepa quién o quiénes son los autores de la página. En cualquier caso, agradecerles desde aquí el buen rato que me han hecho pasar. Y una petición apresurada: salgan del anonimato. Más que nada para personalizar el agradecimiento. Que lo Cortés no quita lo valiente…

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