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Juan Manuel Rodríguez

El domingo, milagro de Boca

Es un milagro. Boca Juniors, flamante ganador de la Copa Intercontinental, se proclama campeón del mundo de clubes en contra la política de sus propios dirigentes que dejan escapar continuamente a sus estrellas por tres euros. Sucede como en aquella anécdota que cuentan sobre un jovencísimo Winston Churchill quien, recién llegado al Parlamento, le dijo a un veterano diputado lo siguiente: "¿Así que aquellos de enfrente son nuestros enemigos?", a lo que el viejo político contestó: "No hijo, no. Aquellos de enfrente son nuestros adversarios. A los enemigos los tienes detrás tuyo". Carlos Bianchi tiene siempre detrás suyo a Mauricio Macri, candidato a la jefatura del Gobierno y empeñado ahora en reconquistar la presidencia del club probablemente para intentar otra vez el salto a la política. Del Boca se fueron Cagna, Riquelme, Coloccini, Palermo, Barros Schelotto, Arruabarrena, Delgado, Samuel... Ahora se marcha Battaglia por dos millones y medio de dólares, y es lógico suponer que en un futuro próximo lo hagan Tevez o el propio Iarley a quien Bianchi se sacó de la manga para sustituir a Delgado. Salen once. Justo. Un equipo completo. Y eso sin realizar un ejercicio serio de memoria.
 
En Buenos Aires la gente dice que Bianchi tiene el número del teléfono de Dios y le cantan eso de "Vení, vení, bailá conmigo, que un amigo vas a encontrar". Y es que el milagro de Boca Juniors, equipo de fútbol en permanente reconstrucción, se debe a este hombre de poco pelo blanco que, como algunos de sus futbolistas, sueña también con decir adiós, pero en su caso para no volver. Bianchi tiene 54 años y lo ha ganado casi todo: cuatro Ligas, tres Copas de América y dos Copas Intercontinentales. Después de la Copa Libertadores y el Torneo Apertura, el "profesor" consigue ahora la "triple corona". ¿Quién da más? Mauricio Macri no.
 
En un mundillo tan pedante y "ombliguista" como el del fútbol llama mucho la atención encontrarse con un hombre que se define a sí mismo como un "entrenador simple" y que no quiere complicarle en exceso la vida al futbolista: consignas breves y sencillas, fáciles. De esa forma Boca ha logrado vencer al todopoderoso Milán que entrena Carlo Ancelotti, un equipo con Maldini, Seedorf, Rui Costa, Shevchenko, Pirlo, Kaká o Inzaghi. Seguro que más de uno se arrepiente de no habérselo traído a España cuando todavía tenía ganas de seguir. El Fútbol Club Barcelona, por ejemplo, sí que necesitaría ahora ese número de teléfono que dicen que Bianchi guarda con tanto celo.

 

 

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