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Ignacio Villa

El nacionalismo socialista de Maragall

Pasqual Maragall da pena. El futuro presidente del Ejecutivo catalán esta ofreciendo la triste imagen del político abatido y perdedor, que ha vendido todos sus principios y su trayectoria a cambio de gobernar. El candidato socialista, llamado a sustituir a Jordi Pujol, ha entrado en una dinámica que ya no sorprende en la forma, pero que cada vez se radicaliza mas en su contenido. Maragall ha firmado el acta de renuncia a la honradez política y, de paso, en ese finiquito personal ha incluido de forma inexorable a José Luis Rodríguez Zapatero.
 
El presidente del PSC, ese soñador de la aberracion ideologica, está empeñado en arrastrar con él a un buen número de dirigentes del PSOE. Sabe que su radicalización es directamente proporcional al hundimiento estrepitoso de Zapatero el próximo mes de marzo, pero no le importa lo más mínimo. Además, en esa deriva política que comenzó hace ya muchos años, insiste en mantener su itinerario, aunque dando tumbos de aquí para allá. Maragall ha llegado al poder, pero arrastrando por delante la coherencia y los principios que le quedaban a su propio partido.
 
Hay que recordar que no hace tanto tiempo que Maragall pontificaba sobre la necesidad de un "olivo catalán" al estilo de aquel Gobierno de coalición en Italia que terminó como el rosario de la aurora. Aquel proyecto que impulsaba el ex-alcalde de Barcelona, tras pasar una temporada de "bolos" por Italia, se esfumó en las urnas en un abrir y cerrar de ojos. Pero ahora, este señor del absurdo está improvisando a marchas forzadas un "nacionalismo socialista" de pura conveniencia para poder pactar con ERC e ICV y llegar así al poder, a cualquier precio.
 
Como tantas otras veces, esta improvisación de Maragall no tiene fondo alguno y está elaborada sobre los cimientos del egoísmo y de la pura conveniencia política. Por eso no duden de que, tras el primer golpe de fuegos artificiales, está llamado al mas estrepitoso de los fracasos. Sin duda, el síntoma mas claro de la torpeza en esta estrategia de los socialistas es que todo lo articulan en torno al ataque trasnochado hacia el Partido Popular. Todas sus penas y toda su mala conciencia la pretenden lavar atacando al partido del Gobierno como si en la calle Génova fueran culpables de sus miserias políticas.
 
Maragall, como hemos podido escucharle decir, amenaza con un ¿drama? si Madrid no acepta las reglas del juego unilaterales que pretende implantar en Cataluña. Pero aquí, el único drama es la imagen que este señor esta ofreciendo a la sociedad española: un político sin principios y dispuesto a todo para no afrontar una jubilación prematura. Maragall también dice que Cataluña ha iniciado un camino sin retorno, pero ese camino parece que quien lo ha iniciado en realidad es él mismo, camino del precipicio político, y con él lleva de la mano a Rodríguez Zapatero.
 
Esto no ha hecho mas que empezar.

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