Uno de los últimos enigmas mejor guardados de la "etapa Aznar" ha sido desvelado este viernes. El anuncio de la fecha de las elecciones generales revela uno de los últimos secretos –más simbólico que otra cosa– de los ocho años de Gobierno de José María Aznar. El 14 de marzo se cierran los ocho años de poder del actual Jefe del Ejecutivo. Con este anuncio, Aznar pone fecha a su despedida y señala en el calendario el momento elegido para abandonar el Palacio de La Moncloa. Ocho años de Gobierno que se acaban y que han servido para cambiar muchas cosas en España.
Aznar abandona el poder dejando una España que nada tiene que ver con la que encontró allá por el año 96. Por aquel entonces vivíamos inmersos en la corrupción, en el amiguismo, en el pelotazo fácil y en las decisiones de un Felipe González indolente y egoísta. Ocho años después, la España de Aznar es bien diferente: con la economía a toda máquina, normalidad democrática en las instituciones, una decidida lucha contra el terrorismo y un evidente prestigio internacional. Los distintos Gobiernos de Aznar han cometido errores –incluso algunos sonoros y estruendosos– pero han devuelto la honradez a la vida política española. Y eso no es poco. Pero quizá el recuerdo que el tiempo destacará por encima de los demás es sólo uno: el adiós de Aznar. Una despedida en el mejor momento de su carrera, impensable en la política española y que crea un precedente que el tiempo irá agrandando en su justa medida. Aznar deja el poder desde lo más alto, y eso deberá ser un ejemplo para la mediocre clase política de nuestro país.
En este momento en el que se hace balance de los ocho años de Aznar, resulta un contraste llamativo los ocho años de sequía socialista. Durante este tiempo, el PSOE no ha tocado bola. Han encadenado un fracaso con el siguiente sin solución de continuidad, con tres secretarios generales y cuatro candidatos a la presidencia del Gobierno: una triste galería de retratos que amenaza con aumentar próximamente. Los socialistas han pasado de la España de la corrupción a la España de la desmembración, del pillaje sistemático a la revuelta interna permanente. Ocho años después, el PSOE de Zapatero se arrastra de aquí para allá desorientado y desasistido, los socialistas siguen sin levantar cabeza y el panorama parece que va a seguir siendo semejante.