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Hace unos días saltaba la noticia de que Llamazares había roto a pensar. Hoy constatamos con satisfacción que su caso no es un fenómeno aislado, y que sus colegas progresistas en el extranjero están adquiriendo también el nuevo hábito de don Gaspar. Pero ¿sobre qué asuntos discurren actualmente los mejores cerebros de la izquierda internacional? Vean a continuación algunos ejemplos.
 
En primer lugar, como no podía ser de otra manera, es el futuro de Sadam Husein el asunto que más preocupa a los medios de la izquierda. Todos sin excepción claman porque sea un tribunal penal internacional el que imparta justicia en el caso de este presunto delincuente.
 
"Hasta el momento en que Sadam fue sacado de su nido de araña –afirma Mark Steyn en su columna–, la línea seguida por la jet set internacional era que el deplorable reinado de Sadam (el gaseo de kurdos, el alimento de las trituradoras industriales con gente con los pies por delante, etc.) era estrictamente un asunto interno del pueblo iraquí. En el mismo minuto en que el tipo cayó bajo custodia de los EEUU, la jet set internacional revisó su posición afirmando que el gaseo de kurdos, alimentar con gente las trituradoras industriales y así sucesivamente eran crímenes contra el mundo entero y, por tanto, no un mero asunto del pueblo iraquí. Por el contrario, necesitamos un (redoble, por favor) tribunal internacional con mandato de las Naciones Unidas".
 
Es conveniente recordar, como hace Steyn, que ese modelo de justicia es el que la comunidad internacional aplicó a Slobodan Milosevic, el supuesto genocida serbio, quien tras dos años de interminable proceso en el Tribunal Penal de la Haya acaba de obtener su acta de diputado en las elecciones de su país en medio de una gran popularidad. "Esta es la justicia que Wesley Clark quiere para Sadam Hussein. Si se toma ese camino, Sadam podría concurrir tranquilamente a las elecciones presidenciales de Irak en los comicios del 2009."
 
Pero no sólo las cuestiones de alta justicia internacional mantienen las meninges de los intelectuales de izquierda en permanente estado de ebullición. No. Incluso alguna terapeuta sexual especializada en geopolítica antioccidental ha hecho con motivo de la guerra de Irak su aportación intelectual en el campo de la perversión comparada, aunque en este caso prescindimos de extractar sus conclusiones dado el evidente mal gusto de los ejemplos utilizados. Puro beluga progresista.
 
Y para terminar nuestra prospección semanal, no podemos dejar de resaltar las conclusiones de un sesudo artículo que revela, por fin, la causa última de que existan personas que no son de izquierdas; ni siquiera progresistas. Es más, los hay a los que ¡incluso les gusta el Presidente Bush!. "Es el ‘factor estupidez’ –afirma su autor– el factor E: algunas personas —a veces sin ser culpa suya— simplemente no son muy brillantes. No es sólo que algunas personas no sean lo suficientemente inteligentes para comprender los matices de la política exterior, de la legislación constitucional, de la macroeconomía o de las complejas interacciones entre los seres humanos y el medio ambiente. Esa no es la gente a la que me refiero. La gente a la que me refiero no es capaz de entender el fenómeno de causa y efecto. Esa gente no asimila que los asuntos tienen más de dos caras. No tienen la posibilidad de ampliar sus fuentes de información, y por encima de todo –muy por encima de todo– no piensan.
 
Usted conoce a esa gente. Está a nuestro alrededor (no alrededor de usted en concreto, porque entonces no estaría leyendo este artículo). Ellos son los que sostienen los espectáculos pueriles de la televisión, los que aparecen regularmente galardonados por los Premios Darwin, los que hacen que se incrementen las primas de seguro por hacer cosas estúpidas, los que generalmente nos hacen la vida mucho más miserable de lo que debería ser. Es triste decirlo pero ellos suponen una sustancial minoría – quizás incluso una mayoría – del populacho". Esta es sólo una prueba más de que los intelectuales de la izquierda se consideran a sí mismos la élite del conocimiento humano. No son capaces de asumir que su ideario pueda despertar una repugnancia espontánea en mucha gente de a pie, sin que la maldad o la estupidez tengan nada que ver en ello.
 
En fin, como ven, la izquierda occidental está en pleno arrebato intelectivo. Quizá sea debido a las buenas noticias que nos llegan del espacio con el aterrizaje en Marte de la sonda espacial “Spirit”. En efecto, la NASA ha descubierto por fin un lugar en el que el socialismo no ha fracasado.
 
Aún.

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