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EDITORIAL

¿Tú también, sindicato mío?

El comunicado que acaba de presentar UGT, en el que se valora la propuesta fiscal del PSOE, viene a reflejar la falta de apoyos y confianza que está cosechando la candidatura de Zapatero incluso en los ámbitos más próximos a su propio partido. Aunque su comunicado intenta ser lo más "suave" posible, no deja de resultar patético que hasta un sindicato filial del PSOE –y a menos de ocho semanas de las elecciones– considere que la oferta de Zapatero tiene numerosas "inconcreciones" que deben ser urgentemente "detalladas" para garantizar "la suficiencia, equidad y progresividad del sistema". No menos significativo de esta "falta de entusiasmo" es el clamoroso silencio que hasta ahora ha mantenido el secretario general, Cándido Méndez, cuya locuacidad siempre se adelantaba a los comunicados oficiales de su sindicato.
 
Otros dirigentes sindicales, sin embargo, no se han limitado a dar a la propuesta fiscal de Zapatero esta fría acogida. Por ejemplo, el secretario de UGT-Aragón y candidato socialista número uno por Zaragoza , Jesús Membrado, ha ido más lejos en unas declaraciones en las que pasa de denunciar sus "dificultades para interpretar las propuestas fiscales del PSOE" a pedir abiertamente que "se modifique lo del impuesto de sociedades y lo del IRPF".
 
La voracidad fiscal de los sindicatos no debe temer –y, en realidad, no teme– las vagas promesas de reducción de impuestos que el PSOE se ha sacado de la chistera. Saben perfectamente que, en el caso del PSOE, las promesas están para no cumplirlas. Como recordaba acertadamente Rato el otro día, ningún gobernante local, autonómico o nacional del PSOE ha bajado, ni antes ni ahora, los impuestos. La razón del distanciamiento de los sindicatos obedece simplemente a que no quieren aparecer ante la opinión pública completamente ligados a la suerte de Zapatero.
 
Nada más lejos, por tanto, de nuestra intención querer mostrar la valoración de UGT como un criterio de autoridad respecto a lo que debe ser un programa fiscal. Consideramos, por el contrario, que las tesis de los sindicatos, lejos de ser una guía para la creación de riqueza y empleo, constituyen un obstáculo para la misma. Si las sacamos, sin embargo, a colación es con el único objetivo de mostrar el desbarajuste y la falta de confianza en el proyecto propio que se vive en el PSOE y en su entorno más próximo.
 
Si los que se supone que deberían estar arropando a Zapatero, no hacen más que darle puñaladas, no hay que extrañarse que Rajoy deje para el final su entrada en campaña. Eso si le dejan faena por hacer...

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