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Encarna Jiménez

La España de Atapuerca

A la vista del primer capítulo de la serie documental "Memoria de España", que fue criticada antes de su estreno por los grupos nacionalistas, pocos son los argumentos que pueden utilizar PNV, BNG y CiU para meterse con ella por razones de "sesgo ideológico" cuando ha tratado de dinosaurios y hombres prehistóricos. Coordinada por Fernando García de Cortázar, acusado de ser un historiador del régimen, simplemente por defender la idea de que existe un proyecto común llamado España con toda la complejidad que ello implica, antes de estrenarse tuvo bastantes más ataques que Julio Medem por parte de grupos políticos a los que les espanta cualquier mención a lo español.
 
García de Cortázar ha encargado la Edad Antigua a Jaime Alvar, de la Universidad Carlos III de Madrid; el medievo a Salvador Claramunt de Cataluña, de la Edad Moderna se responsabiliza Ricardo García Cárcel, y del Siglo XIX y XX el propio García de Córtazar, de la Universidad de Deusto. Así llegarán al final de los 27 capítulos de los que consta la serie documental de mayor inversión de TVE en los últimos años.
 
En el primer bloque, responsabilidad de Jaime Alvar, si nos guiamos por el inicio, hay algunos puntos flacos. Se pretende que la serie sea didáctica, para ello se cuenta con dramatizaciones y efectos especiales que facilita la infografía, pero el texto explicativo, la voz en off, tiene un lenguaje académico, propio de un profesor universitario más que de un divulgador o un profesor de Enseñanza Media, que suelen estar pegados al terreno y saben los términos que puede asimilar un telespectador medio o un chico de trece años. Un lenguaje con terminología demasiado técnica, junto a unos efectos especiales bastante rudimentarios pueden arruinar una serie, y eso sí que tiene importancia de cara a los objetivos que pretende una producción que se ubica en horario de máxima audiencia en competición con "Los Serrano", en Tele5.
 
El primer capítulo empezó con los orígenes del Universo y tuvo su mayor escala en el yacimiento de Atapuerca después de haber pasado por los dinosaurios de Teruel. Un largo viaje para el que, si quieren buscarle las vueltas, pueden decir que no se respetó la cuota de homínidos de Galicia, que apareció Cantabria y no el territorio vasco, y que la mandíbula de Banyoles o el controvertido hueso de Orce no tuvieron el minutaje que se merecen por ser catalanes o andaluces. Como Atapuerca está en Castilla-León, gobernada por el Partido Popular, a pesar de que Eudald Carbonell sea uno de los investigadores del yacimiento, seguro que aparece como sospechosa de dar pie a la visión españolista de García de Cortázar.
 
La polémica surgida antes del estreno, y a la espera de que nos vayamos acercando a siglos más interesantes, resulta bastante ridícula después de ver y oír la introducción cósmica de "Memoria de España", una serie con limitaciones que habrá que ir viendo para juzgar si consigue acercar la historia de España a unos telespectadores poco acostumbrados a instruirse.

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