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Diana Molineaux

Un salvavidas para cada uno

Las primarias de este martes en siete estados norteamericanos, que han puesto al senador de Massachussets John Kerry a un paso de la designación para la candidatura demócrata a la Presidencia de Estados Unidos, han lanzado un salvavidas a otros tres candidatos que seguirán en la carrera con la esperanza de que ocurra lo inesperado: tanto el general retirado Wesley Clark como el senador de Carolina del Norte, John Edwards, necesitaban una victoria para seguir en la lucha y es esto, nada más que una sóla victoria, lo que han tenido.
 
En el caso de Edwards, los números han sido mucho más elocuentes que para Clark, pero su margen de 15 puntos queda atenuado porque ganó en su propio terreno, pues Carolina del Sur, su única victoria, es su estado natal y vecino de Carolina del Norte, que representa en el Senado.
 
Para Clark fue mucho más reñido, por tan solo 1275 votos en Oklahoma, pero suficiente para decir que de alguna manera puede ganar y que tan solo necesita algo así como un punto de apoyo para acumular fuerzas y conseguir impulso. Oklahoma es el estado en que el sentimiento popular es más contrario a Kerry y Clark sería mucho más realista si aspira a la candidatura de vicepresidente.
 
La victoria que mantiene a flote a Edwards i Clark no se materializó para el senador de Connecticut Joe Lieberman, quien ya había anunciado dos días antes que se retiraría si no ganaba en el minúsculo estado de Delaware, donde había concentrado su campaña. Kerry se llevó el 50%, Lieberman el 11% y abandonó la campaña.
 
Quien no necesitaba ganar, sino simplemente sobrevivir, es el ex gobernador de Vermont Howard Dean quien, efectivamente, no se llevó ningún estado pero todavía confía en que su “dinámica electoral” pueda obrar algún milagro. Pero esta dinámica es en realidad el cojín de dinero acumulado, que se va agotando rápidamente y tal vez le obligue a seguir el modelo de Lieberman en el fin de semana si el estado de Michigan, en que se concentra como Lieberman en Delaware, también le da la espalda.
 
Para George Bush, la carrera va tomando mal cariz: Howard Dean, calificado hasta hace tres semanas de la “esperanza demócrata” era en realidad la “esperanza republicana” y para Bush será mucho más duro derrotar a Kerry, con más de 20 años en el Senado y un historial militar heroico en el Vietnam, en estos momentos de desazón por los continuados problemas en el Irak y la ausencia de las armas de destrucción masiva que fueron una de las justificaciones de la guerra, sin que la recuperación económica haya alcanzado los niveles de plétora que taparían la boca de cualquier rival.

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