Menú
Amando de Miguel

Silva de varia dilección

Me escribe un ilustrado “emilio” Agustín Parra con divagaciones interesantes sobre el idioma común. Se resiente el hombre del destrozo que significa la parla de los medios de comunicación. Cita algunos ejemplos disuasorios: “la vigésimo primer vuelta”, o “el mucho hambre”. Tiene razón en que las vacilaciones léxicas actuales no deberían ser las del pasado, cuando todavía estaba fijándose el idioma español. Atribuye a la imprenta esa fijación. En apoyo de su tesis cita la obra de Nebrija (1492) o el hecho de que “hay muchas más diferencias de lenguaje entre el Quijote y el Conde Lucanor que entre Cervantes y cualquier escritor actual”. Es cierto, pero la imprenta no lo explica todo, ni siquiera lo fundamental. La prueba es que la imprenta llega en el siglo XV a casi todos los países europeos, pero la primera Gramática es la de Nebrija. La fijación de la lengua catalana no llega hasta el siglo XIX. Cervantes y Shakespeare son coetáneos, pero el inglés de Shakespeare difiere mucho más del actual que el español de Cervantes respecto al nuestro. Cervantes da un paso gigantesco en la fijación del español, y, curiosamente, en el Quijote, no tanto en sus otras obras. Es como si, al escribir el Quijote, le hubiera asistido el Espíritu Santo. Ya que estoy aquí, amenazo a mis dilectos lectores con un nuevo libro, esta vez sobre el Quijote. O mejor, sobre el Sancho Panza.
 
Ya de paso, me pregunta mi corresponsal si “estudiante” o “presidente” permiten la forma femenina. Todo depende de si hay muchas estudiantas o presidentas. Aceptémoslas. Más dudoso es que se pueda extender esa licencia a todos los posibles sustantivos que se refieren a personas. Por ejemplo, “sujeto” o “perito”. Las “sujetas” o “peritas” se prestarían a alguna chanza.
 
Rufino Soriano Tena propone que se resucite el estilo y tono de La Codorniz.  Ya se hizo hace un par de decenios con El Cocodrilo, de feliz memoria para mí. Cada revista de humor tiene su época. No nos bañamos dos veces en el río del humor. Don Rufino emite una publicación digital (jubilatas.com) en la que imita a la cuadrilla de los Tono, Mihura, etc. Sería mejor crear hoy otro estilo de humor sin resucitar el pasado. “Los muertos que vos matáis, gozan de buena salud”, que no dijo el Tenorio.
 
Luis Palomino, de Miami, me aduce la versión burlesca de los andaluces como “jándalos”. No creo que se diga en tono burlesco. El jándalo es el andaluz originario de Cantabria y en general del norte de España. Por ejemplo, Felipe González es un jándalo. Más bien es una denominación ponderativa. Don Luis me consulta la versión gaditana de “nada más” que los de la tacita de plata dicen  “más nada”. Está bien como localismo inexportable. Se la he oído recientemente a Isabel Pantoja. Es como el “ustedes vosotros” de los sevillanos. Ahí sí que entramos en el reino de la guasa.

Contacte con Amando de Miguel

En Sociedad

    0
    comentarios