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Ignacio Villa

Comienza el cuerpo a cuerpo

Falta un mes para las Elecciones Generales, y a estas alturas, las posiciones de unos y de otros se van definiendo y retocando para la recta final del 14-M. Por un lado, los socialistas se han establecido en un "todo vale" para frenar el golpetazo que las encuestas anuncian de forma inevitable; mientras tanto, desde el Partido Popular, su líder Mariano Rajoy va desgranando imperterrito todos los puntos de su programa. Zapatero, con un nerviosismo convulsivo, busca y rebusca la fórmula para amortiguar los muchos errores cometidos desde la Secretaria General. Rajoy, fiel a su idea, mantiene que las elecciones desde el poder sólo se pueden perder; por ello no se sale del plan diseñado, manteniéndose al margen de las andanadas pasajeras de la campaña.
 
Por lo que hemos visto y escuchado hasta el momento, habrá que decir que la interpretación de los papeles escenificados por los dos principales adversarios electorales están dejando muy claro dónde están y cómo están cada uno de ellos. Zapatero va y viene, sube y baja, pero sin dirección definida y con un buen ramillete de improvisaciones y cambios en su programa electoral. Rajoy, sin aspavientos, ha ido soltando, paso a paso, todo su programa electoral y ha llegado a la recta final de la campaña con todo su cargamento intacto. Rajoy llega a la Convención Nacional del PP de este fin de semana con un liderazgo sólido de puertas adentro, y con una imagen solvente de puertas afuera. Son, sin duda, la cara y cruz de dos carreras electorales.
 
En todo caso, este lunes esta señalado de forma especial en el calenadrio electoral, se puede decir que sin más preámbulo comienza el cuerpo a cuerpo entre Rajoy y Zapatero. Hasta ahora, unos y otros se han podido permitir el lujo de estudiar al adversario, de amagar pero no dar, de guardar en la recámara algún que otro secreto y de medir con prudencia los golpes de efecto. Desde el próximo lunes, las cosas deberán de cambiar. La entrada ya de forma vertiginosa en la recta final de campaña hace que todos los afectados tengan que poner encima de la mesa todas las cartas guardadas. El tiempo se agota, las semanas están contadas y las urnas están a la vuelta de la esquina.
 
Desde este momento Rajoy y Zapatero se convierten en los únicos y exclusivos protagonistas de la campaña electoral. Sobre ellos, estarán los focos de la atención para lo bueno y para lo malo. Ya no hay barreras, ni existen refugios. Entramos en el momento más tenso e intenso de cualquier campaña electoral. Son los últimos metros en los que sólo vale el mérito personal del candidato. Mariano Rajoy sale con una considerable diferencia, en consistencia y credibilidad sobre Zapatero; pero las campañas electorales hay que correrlas y el que tenga el valor y la decisión de echarse a las espaldas la responsabilidad electoral tiene todas las de ganar. El cuerpo a cuerpo lo tenemos aquí. Favorito hay uno. En cuatro semanas tendremos el resultado.

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