Este lunes fue muy largo. 10.30 horas: me traen la portada del diario valencianista Superdeporte. En ella se observa la fotografía de unas rodajas de chorizo, interpreto yo que alusivas a lo que acontenció el domingo por la noche entre Real Madrid y Valencia. No se puede decir que el humor del director del citado diario vaya en la línea de los Monty Python, precisamente. Al observar esas rodajas de chorizo (de las que espero alguien diera luego buena cuenta acompañadas por un vinito) me viene a la cabeza que muy mal tendrán que ir las cosas por la Facultad de Periodismo, y muy poco les exigirán ahora a los universitarios que luego quieren dedicarse a esta profesión, para que de allí haya salido un elemento como ese, cuyo único análisis profesional de la situación es fotografiar unas rodajas de chorizo. Supongo que será por todo ello que el "ideólogo" en cuestión prohibió luego a sus redactores intervenir en ningún "medio nacional".
13:05 horas: empezamos la grabación de El Tirachinas para Popular Televisión. Durante el programa, vuelvo a repetir que si Rafael Benítez (a quien se puede leer nítidamente en los labios "esto es un robo", cuando está a punto de concluir el partido) tiene pruebas de que allí se ha cometido algún delito tipificado por la ley, lo que debe hacer es marcharse inmediatamente al juzgado de guardia más próximo que encuentre. A la conclusión del programa llama una televidente y le asegura a un compañero que yo soy un resentido de Castellón y que no tengo ni idea de lo que digo, puesto que una cosa es hablar de "robo" (hurto) y otra cosa es hablar de "robo", aplicando ese término al fútbol. Raudo me zambullo en el Diccionario Espasa de términos deportivos y busco "robar". Y esta es la única definición que encuentro, entre "road racer" y "rocódromo": "capturar el balón que estaba en posesión del equipo contrario. Del latín vulgar raubare". Interpreto que, puesto que el profesor Recaredo Agulló (licenciado en Filología Moderna y Geografía e Historia y doctor "cum laudem" en Filología por la Universidad de Valencia con la tesis "la formación del léxico deportivo 1790-1909) no recoge ninguna acepción más, no existe otro ámbito deportivo ajeno al anterior en el cual podamos aplicar el término "robo" sin miedo a equivocarnos. Podríamos pensar, eso sí, que cuando Benítez gritaba "¡esto es un robo!" se estaba refiriendo en realidad a que el Real Madrid le había quitado demasiadas veces el balón en el transcurso del partido, pero, sinceramente, lo creo poco probable por no decir que imposible.
15:05 horas: termino El Tirachinas de Madrid y, nada más subir a la redacción, me encuentro con la llamada de un oyente acusándome de que he defendido poco al Real Madrid. Trato de convencerle de que yo no soy Ironside y que quien tiene que defender al Real Madrid es Jorge Valdano que para eso le pagan. Pero no hay nada que hacer. 00:10 horas: por la noche, en El Tirachinas, un periodista de Valencia califica como "miasma" ("efluvio que se desprende de materias corruptas o aguas estancadas, y que se consideraba causa de enfermedades") a todo lo que rodea al Real Madrid. Me callo lo que pienso porque no creo realmente que el periodista conozca el significado de la palabra que acaba de utilizar y, eso sí, muestro mi extrañeza cuando el colega de Valencia no encuentra una relación estrecha entre el lenguaje que en ocasiones empleamos los periodistas deportivos y algunos hechos violentos que luego se producen en el mundo del fútbol. No me parece que la fotografía de unos chorizos o el uso del sustantivo "miasma" ayuden a tranquilizar los ánimos. Al compañero José Miguélez ("Marca") le acusan indirectamente -como a mí mismo- de llevar la camiseta merengue porque en su día denunciamos que un grupo de vándalos incendiara el banquillo del equipo visitante tan sólo unos días antes de que el Real Madrid visitara Mestalla. "¿Es que tú no ves una conexión directa entre un hecho y otro?", le pregunto al colega. La callada por respuesta.
1:35 horas: cuando vuelvo a subir a la redacción, me informan sobre que un oyente ha llamado indignado diciendo que me ponga el pasamontañas y me vaya por ahí con Ochaíta.
2:15 horas: caigo rendido en la cama y pienso: ¡Pues menos mal que a mí no me pareció penalti la jugada de Marchena sobre Raúl...!