La última vez que estuve chateando con los lectores de Libertad Digital alguien me preguntó por mis películas preferidas cuya temática fuera el deporte y, probablemente debido a la inmediatez que exigía mi respuesta, olvidé una de las mejores. El descuido fue tal que decidí entonces dedicarle un artículo a El mejor, película dirigida por Barry Levinson y que en el año 1985 estuvo nominada a cuatro Oscar. La última vez que volví a verla me llamó la atención una circunstancia, y es el papel especialmente desagradable (de auténtica "rata de cloaca") que Levinson dedica a Max Mercy, el periodista deportivo a quien da vida con especial malignidad el extraordinario Robert Duvall.
A lo largo del film aparecen otros personajes repugnantes como son el dueño del equipo en el que acaba jugando Roy Hobbs (Robert Redford) o el inevitable apostante profesional, pero al ver de nuevo la película observé que Levinson reservaba para Duvall-Mercy el número uno en el "top ten" de los sinvergüenzas.
El diálogo entre el mejor y el peor, y que me llegó al corazón es el siguiente:
Max Mercy: "Los jugadores van y vienen, Hobbs. Yo estaré aquí más tiempo que tú o cualquier otro. Estoy para proteger el juego"...
Roy Hobbs: "¿El juego de quién?"
Max Mercy: "Lo consigo encumbrando o hundiendo a gente como tú"
Roy Hobbs: "¿Ha jugado alguna vez a béisbol?"
Max Mercy: "No, nunca. Prefiero verlo. Pero hoy, seas cabeza de turco o héroe, yo tendré un buen artículo".
Me consolé pensando que quizás lo que pretendía realmente Levinson era pasarles factura a los críticos de cine y lo hacía a través de la figura de aquel despreciable periodista deportivo, un tipo que lo tenía absolutamente todo para ser odiado por el espectador.
El mejor es una extraordinaria película, muy americana y emocionante, salvo por ese insignificante detalle por el que Levinson se muestra especialmente cruel con el personaje de Robert Duvall.
El mejor fue en la vida real Eddie Waitkus, primer base de los Philadelphia Phillies, quien, como le ocurre a Roy Hobbs, fue tiroteado y herido de gravedad por una adolescente el 14 de junio de 1949. La joven buscaba "un poco de emoción" en su vida y no "volver a ser jamás una simple mecanógrafa". Pero Levinson no se ceba sin embargo con la señorita Ruth Steinhagen (que así se llamaba la agresora a quien interpreta la guapísima Barbara Hershey) sino con el desalmado periodista deportivo. Olviden ese diálogo y vean la película si es que no la han visto todavía. Ya charlaré yo a solas con Barry Levinson...