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La España global de Aznar y de los socialistas

Hay dos cosas esenciales que José María Aznar ha conseguido en sus ocho años como presidente del Gobierno: transformar el papel de España en la arena internacional; y volver completamente locos de rabia a los socialistas. No se trata ya de las diatribas que se le escapan a Felipe González, quien no se puede perdonar haber minusvalorado el tesón, la ambición y el éxito de Aznar, sino de las obsesiones que han permeado a los actuales dirigentes del PSOE, incluyendo su flamante ministro de exteriores en la sombra, Miguel Ángel Moratinos.
 
La primera falacia de los socialistas de Zapatero con la que intentan menoscabar el papel de Aznar, es su acusación de seguidismo del gobierno norteamericano, ejemplificada en su constante ridiculización de la reunión de las Azores. Se denuncia que España ha quedado supeditada a la política exterior americana, cuando, en realidad, deberían decir que lo que no pueden contemplar es que la opción de Aznar fuera voluntaria, libre y deliberada. Cuando uno repasa la política exterior de los Gobiernos de González no se encuentra ninguna acción –excepto la petición de que el Ala táctica 401 de la USAF abandonara Torrejón- que no fuera de supeditación a los designios de Washington. Aún peor, todo cuanto se pedía desde el otro lado del Atlántico se le concedía aunque a veces de manera vergonzosa y opaca a los ojos del público (¡recuérdese, por ejemplo, las misiones de los B-52 desde Morón, conocidas gracias al control parlamentario de John Major en los Comunes en 1991!). Y sobre lo de Torrejón, la explicación fácil es que respondía a la única baza pública que le quedaba al gobierno de entonces, tras airear su antiatlantismo y antiamericanismo de boquilla, para justificar el incumplimiento de su promesa de sacar a España de la OTAN. Hay otras explicaciones, pero son aún más surrealistas, como las que ofrece el historiador Angel Viñas, antiguo asesor de Fernando Morán, en su libro “Las garras del Imperio” donde justifica la postura de González y Narcís Serra sobre las tropas americanas en Torrejón como la asunción de un viejo objetivo del general Franco (¡). El PSOE no puede reconocer que el Gobierno ha actuado siguiendo su propio criterio, porque, seguramente, ellos nunca gozaron de tanta libertad de acción.
 
La segunda gran acusación es que España, por meterse de cabeza en Irak, ha perdido influencia en el plano internacional. Como no se sabe cómo miden los socialistas la influencia es difícil de rebatir, pero resulta un tanto inexplicable conciliar su tesis con el hecho de la audiencia e interlocución que se da a los miembros del gobierno de Aznar en el Norte de Africa y Oriente Medio. Libia nunca se dirigió a González y sí a Aznar y lo que diga Palacio en Siria es seriamente evaluado porque España juega al mismo juego que Washington. Tampoco puede argumentarse que colombianos, brasileños, argentinos o chilenos, por citar a unos pocos latinoamericanos, desprecien más a los españoles ahora que hace dos años. Más bien al contrario. La reforma de las cumbre iberoamericanas sigue adelante gracia sal impulso de Madrid y la posibilidad de proyectos más ambiciosos para la región, de la mano de los Estados Unidos comienzan a cobrar cuerpo, con el máxime respaldo de la zona.
 
La tercera gran crítica es la más cínica por parte del PSOE: la ruptura del consenso en materia internacional. En primer lugar, porque el PSOE nunca respetó consenso alguno que no le viniera bien. Ahí está el caso palpable de la OTAN; en segundo lugar, porque su peculiar interpretación de lo que es el consenso, que entiende como una precondición para la acción y no el resultado de un proceso de acercamiento mutuo. Lo que de verdad les da rabia no es que no haya consenso que, salvo en una vagas orientaciones, nunca lo ha habido, sino que Aznar a quien acusaron siempre de falta de carisma, gris y mediocre, casi pusilánime, se haya convertido en un estadista capaz de hacer avanzar sus ideales y sus objetivos. Es más, que lo haya logrado poniéndoles contra las cuerdas permanentemente. ¿O alguien recuerda una sola propuesta del PSOE que no sea una respuesta a una acción o decisión del Gobierno? Aznar les ha ganado en lo táctico y en lo estratégico y para que no se note demasiado tergiversan cuanto pueden.
 
GEES: Grupo de Estudios Estratégicos

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