No es habitual que las grandes citas electorales se resuelvan en televisión de forma rápida. Sin embargo, la del 14M rompió todas las previsiones y nos obsequió con alguna paradoja. Antes de las 22.30, hora que se habían marcado para la comparecencia, aparecieron el ministro del Interior, Ángel Acebes, y el portavoz del Gobierno, Eduardo Zaplana al alimón para dar por ganador de los comicios al PSOE y zanjar limpiamente cualquier hipótesis de esperanza para el PP. Si no fuera porque el tema era de gran trascendencia, hubiéramos pensado que estábamos ante un telediario en el que se iban dando la palabra los dos presentadores para darse alivio mutuo.
Dos horas antes, en los pronósticos de las 20 horas, las principales cadenas: Telecinco, TVE y Antena 3, asistíamos a la curiosa circunstancia de que el más afín a los socialistas, Telecinco, le asignaba mayoría al PP y Antena 3 y TVE al PSOE. Por una vez, y a modo de despedida, Urdaci daba una información más cercana a la realidad y favorable a quienes lo han tenido en el punto de mira como un objetivo a batir.
Cuando llegó la medianoche, todas las televisiones ya estaban con sus películas y concursos, un signo de normalidad y, a la vez, un hecho extraordinario en un momento en el que se prevén cambios importantes, sobre todo para la dirección de TVE. Probablemente, no hay gobierno que quiera alterar el sentido partidista de la televisión pública, y no parece que haya manera de resolver el agujero económico que tiene el “ente”, pero lo que sí está claro es que Urdaci estará ya haciendo las maletas.
Zapatero, en plena campaña electoral, cuando no sabía que las circunstancias le iban a llevar en volandas a la Presidencia del Gobierno, presentó un comité de expertos que, a modo de grandes consejeros, se ocuparían de asesorar sobre la televisión. En el ínterin uno de ellos ha fallecido, Lázaro Carreter, pero queda el resto junto al compromiso de hacer alguna reforma o gesto para dar la sensación de que se hace algo por mejorar la televisión pública.