Menú
Lucrecio

Israel no se rinde

No hay vías intermedias. En una guerra, se vence o se es vencido. Y hacer retóricas humanitarias con eso es peor que obsceno: es asesino.
 
Nada se parece más a las imágenes de hierros retorcidos y cadáveres mutilados del 11 de marzo en las estaciones de Atocha y del Pozo del Tío Raimundo que las imágenes de hierros retorcidos y cadáveres mutilados que han ido dejando los terroristas suicidas de Hamas en los autobuses israelíes, en estos últimos años. Idéntico es el método, porque idénticas son las concepciones de los ejecutores: todo infiel merece ser aniquilado. Mucho antes de que ese fuera el método de los seguidores de Bin Laden, lo fue de los del Jeque Yasssin. Y, antes aún, esa visión bestial del mundo, para la cual nada es humano si no participa de la propia religión, define un modelo absolutamente específico del monoteísmo: el Islam. No habrá paz mientras el Islam exista. Por más que los peores necios, entre nosotros, jueguen a ocultárselo.
 
Un sociedad viva responde a un ataque militar con un respuesta militar. Si dispone de los medios materiales, aniquila al enemigo. Si no, trata de contenerlo. Tras la declaración de guerra del 11 de septiembre, Estados Unidos respondió con la única lógica eficaz en tiempos de guerra: aniquilación de Al Qaeda, allá donde se asentaran sus bases y sus finanzas. Afganistán e Irak han sido pasos importantes en la estrategia de una guerra que será larga, pero que puede y debe ser ganada. Puede y debe, porque, de no serlo, todo nuestro universo, material como cultural, quedaría destruido por una teocracia feudal perfectamente animalizada. A la permanente matanza provocada por los terroristas suicidas de Hamas, Israel ha respondido con la única lógica militar eficiente: ejecutar a su jefe operativo.
 
Nada se parece más a las imágenes de hierros retorcidos y cadáveres mutilados del 11 de marzo en las estaciones de Atocha y del Pozo del Tío Raimundo que las imágenes de hierros retorcidos y cadáveres mutilados que han ido dejando los terroristas suicidas de Hamas en los autobuses israelíes, en estos últimos años. Israel lucha y devuelve golpe sobre golpe, desde hace ya medio siglo. España se rinde, por referéndum, a la primera embestida de los asesinos. Es la única diferencia.
 
No hay vías intermedias. Se vence o se es vencido. Israel o España.

En Internacional

    0
    comentarios