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Ignacio Villa

Gobernar desde la Oposición

Los primeros gestos y las primeras estrategias que el Partido Socialista está poniendo en marcha, estos días, en el Congreso y en el Senado es la demostración manifiesta de una forma de entender la política. El Partido Socialista todavía no ha asimilado su victoria electoral, se niega a entrar en la dinámica de gobernar en positivo y toda su obsesión es la de laminar al Partido Popular. El PSOE, durante estos días y al amparo del acuerdo en el Congreso y en el Senado, no ha buscado consenso alguno que valga. Los socialistas, con Pérez Rubacalba a la cabeza, han buscado exclusivamente la suficiente cobertura parlamentaria para vivir tranquilos durante  toda la legislatura.
 
Con los acuerdos alcanzados y firmados con los grupos minoritarios, a cambio de escaños y de votos, los socialistas se han asegurado el apoyo al Gobierno Zapatero. Un acuerdo, que ahora en estas primeras horas venderán a bombo y platillo, pero que plantea un interrogante importante: ¿Cuanto le va a costar a los socialistas el apoyo de los nacionalistas en el Congreso y en el Senado? ¿Qué contrapartidas políticas tendrá que ceder el Ejecutivo de Zapatero ante los nacionalistas vascos y catalanes para que ese apoyo firmado a los cuatro vientos se mantengan en la legislatura?.
 
Nos encontramos ante los engaños de siempre, en los que es un auténtico maestro Alfredo Pérez Rubalcaba. El PSOE pacta con todos, hablan de diálogo y de consenso, pero el objetivo final es asegurarse el apoyo parlamentario para una legislatura a cambio de un imprevisible cheque en blanco.
 
Esta "vendida" increible y muy peligrosa, la tapan con las maneras de siempre: articulando una gran coalición "anti-PP". Algo que se ha convertido ya en una obsesiva y permanente actitud en la calle Ferraz. En el PSOE además de dar un paso altamente peligroso para la buena marcha de las iniciativas de su futuro Gobierno, no terminan de aceptar que su oposición ha terminado y que por lo tanto sus estrategias deben de cambiar.
 
Al igual que el PP ha estrenado nueva situación pasando a la oposición, el PSOE ha iniciado una nueva etapa en el Gobierno. El PSOE no puede seguir atacando al PP como único recurso político. Los socialistas están para gobernar, no para atacar al PP. Los socialistas deben de trabajar por sacar adelante su programa, pero la realidad es que siguen obsesionados con hundir al Partido Popular, y asi poco van a hacer. No se puede gobernar desde la oposición; hay que gobernar desde la coherencia, los principios y la responsabilidad. Y de todo eso los socialistas, por ahora, no han demostrado muchos conocimientos. Se empeñan en vivir de viejas artimañas y, de esa forma, no puden llegar muy lejos.

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