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Ignacio Villa

Dinamita en el Pacto

Lo que era una evidencia política se está convirtiendo en una realidad con pruebas contantes y sonantes. La gran campaña de aislamiento del Partido Popular que el Partido Socialista ha emprendido tras el 14 de marzo no es una estrategia más o menos pasajera. Ese aislamiento obsesivo y revanchista va ser el núcleo central de la política del Gobierno socialista durante esta legislatura. En el fondo, esta actitud contra todo lo que signifique Partido Popular es ya una coartada para poder sobrevivir –siempre malamente– a las muchas hipotecas políticas de Zapatero y a la multitud de promesas electorales que no van a poder cumplir, desde ningún punto de vista.

Rodríguez Zapatero se ha encontrado tal avalancha de "patatas calientes" que se le ha hecho imprescindible la búsqueda de un asidero para refugiarse. Y lo ha encontrado en un gran frente "anti-PP", que va a ser utilizado para todo y para todos. No faltan muchos días para que tengamos que escuchar que el motivo de todos nuestros males es el Partido Popular. ¿LLueve?, la culpa es del PP. ¿Hace calor?, el culpable es Aznar. ¿Hace frío?, muy fácil, el motivo serán los ocho años de Gobierno popular. Pase lo que pase, todo se debe a "la intransigencia, a la tozudez o la torpeza" del Partido Popular. Al paso que vamos, el Gobierno socialista de Zapatero, de quién sabemos sus nombres pero poco más, va a utilizar como su gran argumentación una visión negativa de la "herencia del PP". Algo que no se corresponde a la realidad y que demuestra una gran pobreza programática y política.

Esta actitud, que de por sí ya es muy grave, esconde algo todavía peor: la incapacidad de mantener una política seria y reconocida internacionalmente en Irak, y la constancia de que el Partido Socialista pretende dinamitar el Pacto Antiterrorista para ceder ante los nacionalismos. Sobre esta última cuestión, la realidad se impone por días a cualquier análisis. Desde el PSOE se está creando un estado de opinión que transmite que el actual Pacto por las Libertades está superado por la aparición del terrorismo islámico, y que por lo tanto hay que abrirlo a todos los partidos del arco parlamentario. Y la pregunta salta de forma inmediata: esa irrupción del terrorismo integrista en España, ¿supone abrir la puerta al PNV y a ERC que buscan con fórmulas diversas el acercamiento a la banda terrorista ETA?. ¿Qué tiene que ver que se hable de terrorismo, para ceder ante los que han pactado con los terroristas de ETA? ¿Alguien puede "tragarse" esta falsa estrategia socialista, que sólo busca apoyos parlamentarios de los nacionalistas?

Es evidente que los atentados del 11 de marzo abren una nueva puerta del terrorismo, pero también es cierto que los mecanismos del Estado están preparados para hacer frente a los ataques, vengan de donde vengan. En todo caso el entendimiento deberá ser de los dos grandes partidos -PP y PSOE- a la luz del Pacto Antiterrorista, sin abrir la puerta a aquellos partidos que han pactado con los terroristas etarras buscando una recompensa política. Estos partidos, no hay ninguna duda, tienen nombres y apellidos; me estoy refiriendo al PNV y a ERC. Zapatero no sabe que hacer con esta nueva situación. El que tanto ha cacareado ser el impulsor de ese Pacto, ahora está dispuesto a dinamitarlo por la vía de los hechos. Abrir el Pacto a los partidos que han buscado el juego político con los terroristas, es cargarse el Pacto. Y eso el PSOE, lo sabe. Por eso busca desesperadamente la confrontación con el PP. Una salida sin justificación política y que le pasará -en poco tiempo- su correspondiente factura política.

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