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Juan Manuel Rodríguez

El Séptimo de Caballería en Riazor

Totum revolutum en la Champions League. El Deportivo de La Coruña siguió la estela iniciada este martes por Chelsea y Mónaco, –unos liliputienses según el propio Morientes– con la salvedad de que el gallego es mucho más equipo que el francés y en estos momentos resulta también más difícil meterle cuatro goles al Milán que al Real Madrid. La machada deportivista es de las quitan el hipo, y no es sólo porque haya eliminado de la competición a los actuales subcampeón y campeón por lo que se ha convertido en el gran favorito para ganar la final del 26 de mayo en Genselkirchen sino por su fútbol sólido, ordenado y valiente. Los noventa minutos de Riazor tendrían que conservarse en vídeo para que sirvieran de ejemplo a futuras generaciones de futbolistas, entrenadores y árbitros. Porque incluso Urs Meier, un colegiado que le da suerte al Depor, estuvo bien.
 
¿De dónde han sacado a este Andrade impenetrable y rocoso, un central poderoso e inteligente que el miércoles no se permitió ni un sólo descuido ante futbolistas de la talla de Kaká, Shevchenko o Inzaghi? Lo de Mauro Silva (36 años tiene el caballero) es de traca, siempre ofreciéndose para recibir el balón y darle salida ordenada en ataque, cuando no para convertirse en un dique, una muralla contra la que se estrellaron una y otra vez Pirlo, Seedorf o Rui Costa. Y arriba, cuando no está bien Luque resulta que Víctor ("clase media" surgida del Real Madrid, por cierto) te hace un partidazo; y si no son ellos es Valerón. Y el "rifle" Pandiani, auténtico "cazagoles" que dejó al superclase Tristán en el banquillo, siempre está preparado. Y acompañándoles a todos, Molina, Manuel Pablo, Romero, Sergio o Naybet. Cuando Irureta tiene que sustituir a Luque, harto de correr, introduce a Fran; y cuando decide cambiar a Sergio da entrada a Duscher, otro pulmón sin miedo a meter la pierna. La lectura deportivista fue la correcta; el de ayer no era un partido para el "tiqui-tiqui", como diría Clemente, sino para el toque de corneta y el Séptimo de Caballería. En el estadio de Riazor sólo faltó a la cita el General Custer.
 
Seguro que a la UEFA le habrían gustado otras semifinales, pero Chelsea, Mónaco, Oporto -por cierto, el único de los cuatro equipos que ha sido campeón- y, sobre todo, Deportivo de La Coruña se han merecido estar donde están hoy. Los madridistas también tendrían que estarle agradecido al Depor porque, tras su traumática eliminación, el Milan no podrá conseguir su séptima Copa de Europa. Berlusconi tendría que echarse a la calle a sí mismo, puesto que el otro día presumía de hacer las alineaciones de su equipo. Otro duro golpe, en este caso para el todopoderoso Milan. Y mañana, si Dios quiere, hablaremos del gobierno... del Real Madrid.
 

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