Menú
Juan Manuel Rodríguez

¿Algún voluntario que quiera comer con Queiroz?

Carlos Queiroz es un soberano glotón. Y un pelín gorrón además. Su equipo se queda sin dos competiciones en el plazo de veinte días y en lo único que piensa el entrenador portugués es en que ya no le invitan a comer tanto como lo hacían antes, cuando el Real Madrid aventajaba en ocho puntos al Valencia de Rafa Benítez... ¡Habrase visto tamaña desfachatez! ¡El señor Queiroz teniendo que esperar su turno para comer en "El Frontón" o "De María" o "Txistu", y luego teniendo que abonar la cuenta como cualquier hijo de vecino y no ponerse las botas "by the face" como hacen habitualmente sus jugadores! Si no lo ha hecho ya a estas alturas Raúl, alguien tendría que hablar rápidamente con el alcalde Ruiz Gallardón para que solucionase este alarmante déficit de sociabilidad de la ciudad de Madrid, que consiente sin mostrar una pizca de sensibilidad que Carlos Queiroz coma sólo en su pisito de quinientos metros cuadrados. ¿Le pasa lo mismo a Berlusconi? ¡No! ¡Y a él también le han eliminado de la Champions!
 
Como suele ser habitual desde hace cincuenta años cuando el Real Madrid pierde, el otro día una veintena de aficionados se dieron cita en Las Rozas para gritar contra los jugadores lo mismo que, en uno u otro momento a lo largo de la historia, tuvieron que aguantar Gento, Amancio, Camacho, Juanito o Michel. Y la explicación de esa circunstancia por parte de Queiroz no fue la del primer entrenador del Real Madrid sino la del segundo del Manchester United: "Esos serían seguidores del Barcelona o el Valencia". El problema es que lo dijo totalmente en serio, como lo de que él no aparece en la foto cuando el equipo gana, y se quedó tan ancho. Seguro que muchos socios ("paganos") del Real Madrid han tenido con respecto a él la misma sensación con algunas de sus decisiones; esto es, que jugaba a favor del Valencia.
 
Salvo que alguien quiera seguir ahondando en el tan cacareado e inexistente "librillo tecnificado", el señor Queiroz se irá con viento fresco el próximo 30 de junio. Hace nueve meses le tocó la lotería, como sucedió en su momento con el inefable Benito Floro, y lo peor es que se habrá marchado sin haber comprendido nada del club para el que ha trabajado. No habrá comprendido que en el Real Madrid "el cliente siempre tiene razón", y que a nadie le interesa cuántos puntos llevase de ventaja en la Liga hace un mes sino cuántos puntos lleva a día de hoy. Se irá sin saber que al aficionado merengue le importa un carajo lo que hayan hecho Arsenal o Milan sino lo que haya hecho el Real Madrid, ni tampoco quién entrena a los italianos (Berlusconi o Ancelotti) sino quién dirige a Zidane, Figo, Roberto Carlos y Ronaldo. Aunque sólo fuera para explicarle eso, alguien tendría que invitarle a comer en el famoso "Buda del Mar" antes de que llegue el 30 de junio. ¿Voluntarios?
 
 

En Deportes

    0
    comentarios