Menú
Pío Moa

España frente al Islam

En la célebre polémica entre Américo Castro y Sánchez Albornoz hay pocas dudas de que este último se aproximaba mucho más a la verdad, y que las tesis de Castro descansaban en especulaciones tan arbitrarias como ofensivamente anticristianas. Da igual. Durante mucho tiempo, Castro ha sido reverenciado en las universidades españolas y extranjeras, no porque dijese la verdad, sino porque resultaba más “progresista”; y libros tan clarificadores de su falso método, como La España imaginada de Américo Castro, de Eugenio Asensio, pasaban inadvertidos, no porque no fueran agudos y veraces, sino porque no cumplían las exigencias ideológicas del mandarinato progre. El monopolio del progreso, autoadjudicado por una banda de cantamañanas intelectuales, ha hecho estragos en España durante muy largo tiempo, acallando agresivamente cualquier voz en contra, y de ahí un empobrecimiento y mediocridad de nuestra vida intelectual con pocos paralelos anteriores.
 
Aun así, la cosa podría pasar hasta ahora por un lamentable triunfo de la estupidez en ciertos ámbitos, sin otras consecuencias, pero cuando en España ha abierto el integrismo islámico un nuevo frente, sobra toda frivolidad al respecto. Hay indicios, afortunadamente, de una reacción, en libros como Al-Andalus contra España, de Serafín Fanjul, reivindicación de la realidad histórica de la invasión islámica, que fue algo más que poemas y surtidores de agua en los palacios, como quieren hacernos creer los maurófilos: “ignorancia, despoblación y desertización africanas”.
 
En esta imprescindible reacción entra España frente al Islam, de César Vidal. Que a estas alturas debamos descubrir lo evidente, es decir, la forja de España, en la edad media y mucho tiempo después, en lucha contra las invasiones y ataques musulmanes, revela el grado de pérdida de nuestra propia identidad después de largos años de lavado de cerebro, según el cual todos tienen derecho a defender su identidad, salvo los españoles, todos los nacionalismos son aceptables excepto el español, todas las religiones son dignas de respeto, menos la cristiana, , y uno de los mayores traumas de nuestra historia habría sido el predominio de esta religión y tradición sobre las “ilustradas” árabe y hebrea.
 
La importancia del libro de César Vidal proviene, por un lado, de la panorámica general que ofrece de nuestra historia, desmontando los mitos maurófilos supuestamente progresistas, y por otro de su extensión hasta los tiempos actuales. Escrito antes de los últimos atentados, prevé lúcidamente la agresión en gran escala contra nuestro país, en nombre de Al Ándalus, en gestación desde hace años, y que la mayoría, influida por la necedad progre, se negaba simplemente a ver. Del máximo interés son algunos de los documentos presentados, muy dignos de análisis detenido, sobre el planteamiento bélico de los descendientes de Tarik y Muza, la guerra “de cuarta generación”. Baste señalar aquí la evidencia de que el fundamentalismo islámico ha declarado la guerra a España, que ésta va a pasar, empieza ya a pasar, a primera línea de combate, en paralelo con Israel, y que nuestra preparación al respecto es nula. Peor que nula. Una masa de población, engañada por largos años de falsificación intelectual y por demagogos sin escrúpulos, parece dispuesta a claudicar ante los agresores.
 
No se trata, obviamente, de crear histeria antimusulmana. Se dice, y es indudable, que una parte muy importante de los musulmanes detesta esas violencias. Pero aun así no debemos olvidar dos cosas: según encuestas recientes, una ligera mayoría de nuestros vecinos marroquíes simpatizan ya con Ben Laden; y son los musulmanes moderados quienes deben, ante todo, combatir a los fanáticos, y no sólo con lamentaciones. A ellos debemos ayudarles, pero de ellos debe venir un esfuerzo resuelto.
 
El libro de César Vidal, como otros suyos, no podía resultar más oportuno y más necesario. Pocos podrían recomendarse con más calor el momento actual.

En España

    0
    comentarios