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Guillermo Rodríguez

La SGAE y el Club de la Comedia

Pido disculpas de antemano por insistir en algunas cuestiones. Pero es que me considero débil y propenso a caer en la tentación en cuanto me ponen un caramelo delante. Y la SGAE es una gran piruleta. Pasan los años y la cosa no cambia. O sí, porque la asociación –más bien sus representantes- van a peor. La SGAE tiene la capacidad de provocar el sentimiento contrario al que persigue: si intenta generar lástima, causa tirria. Si se pone seria, incita a la risa. Las declaraciones de sus responsables podrían servir de guión para un monólogo del Club de la Comedia.
 
No entiendo cómo puede existir una asociación que tergiversa tanto y tan mal. Porque siendo grave que manipule, lo peor es que se nota. Mucho. Cada vez más. Esta semana la SGAE no ha variado un ápice su discurso al presentar la memoria anual. Tocaba hacer balance, pues. Algunos de sus datos pretenden ser concluyentes: ‘manteros’ vendieron 17 millones de discos el año pasado, e Internet propició la descarga “ilegal” (¿?) de 200 millones de archivos (la SGAE debería matizar qué define como archivo: ¿una canción?, ¿un fichero con la discografía completa de U2?, ¿otro con la todos los discos de los Rolling Stones y de los Beatles?). En realidad, para la SGAE esto es lo de menos. Lo preocupante es que los autores dejaron de ingresar 10 millones de euros en concepto de derechos, y la industria discográfica redujo su facturación 150 millones de euros. En España, incide la SGAE, deberían venderse 150 millones de discos al año. Porque esa es la media europea a la que debemos aspirar. Así que ya lo saben: lo importante no es escuchar, sino comprar mucha música.
 
¿Cómo llega la SGAE a los datos relativos a la piratería? ¿Acaso parte de su plantilla se coloca al lado de los ‘manteros’ y, libreta en mano, hace inventario de las unidades vendidas por día?, ¿rastrean las redes P2P sin conocimiento de los internautas? Obviamente no. Las cifras son el resultado, extraído muy a la ligera, de los discos que la industria deja de vender. Es una gran teoría: el negocio musical sólo puede facturar y vender lo mismo o más que el año anterior. Si se reducen las ventas es por culpa de la piratería. Si se aumentan es porque la policía desarticula mafias de CDs piratas. Para bien o para mal, la piratería siempre es responsable. La calidad de la música, las erráticas campañas de marketing, el abusivo precio de los discos o la monotonía melódica no influyen.
 
 

 
Otra gran verdad es que Google lo domina casi todo. Y eso, a la competencia, no le acaba de hacer mucha gracia. Amazon.com, que no se pierde una, ha anunciado el lanzamiento, todavía en beta, de su buscador A9.com para contrarrestar el poderío googleiano. Resulta bastante significativo que, a pesar de que la sede de Amazon.com se encuentra en Seattle (Washington), el equipo de A9 se haya trasladado a Palo Alto, donde precisamente se ubican las oficinas de Yahoo y Google. Al enemigo hay que atarlo corto, y cuando más cerca esté, mejor. Las dudas que surgen con A9.com residen en saber hasta qué punto el buscador funcionará al margen de Amazon ofreciendo resultados objetivos, no en función de los intereses de la cibertienda. Como era previsible, en cuanto se informó del lanzamiento de A9.com surgieron las primeras voces críticas que ponían en entredicho el respeto por la privacidad de este servicio. A día de hoy, que te acusen de inmiscuirte en la privacidad de los usuarios parece una garantía de éxito.
 
 

 
Los buscadores tratan de multiplicar su número de usuarios con ofertas atractivas (GMail) o productos de valor añadido (Yahoo!). Aunque en España no tenemos un parque de internautas como para tirar cohetes, la última oleada del Estudio General de Medios supone un estímulo de cara al futuro: seguimos creciendo, somos 11,5 internuatas y preferentemente hombres. En este último aspecto vamos en dirección contraria al resto de países desarrollados, donde las mujeres son las que se calan el gorro de marinero para surcar la Red con más asiduidad. Los datos constatan que, aunque mucha gente aún no lo sepa, Internet tiene aún mucho recorrido. Como medio de comunicación, como receptor de publicidad, como generador de conocimiento. Como herramienta imprescindible del futuro.
 
 

 
Si Overture salva las cuentas de Yahoo! y, cuando se tercia, Harry Potter las de Amazon.com, el reproductor iPod de Apple es el encargado de impulsar los ingresos de Apple. La compañía de la manzana cerró el primer trimestre con unos beneficios de 46 millones de dólares y unas ventas cercanas a los 2.000 millones. Antaño, el buque insignia de la compañía eran sus flamantes Macs. Hoy han acabado pisoteadas por la llegada del iPod. Si el reproductor de CDs fulminó a los tocadiscos, la expansión del iPod puede enterrar un poquito a los equipos de música actuales.

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