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Daniel Pipes

El terror anti-israelí es contraproducente

Un día después de que tropas israelíes mataran a su segundo líder en sólo un mes, la organización terrorista islamista Hamas puso cara de valiente. Los israelíes "sueñan" si piensan que esto debilitará a Hamas, anunció Ismail Haniyeh ante una muchedumbre de más de 70.000 dolientes en el entierro de Abdel Aziz Rantisi. "Cada vez que cae un mártir", insistía Haniyeh, "Hamas es reforzada".
 
Esta clase de sobrecrecimiento y aliento tiene una larga trayectoria entre los palestinos. La última vez que las fuerzas israelíes dañaron verdaderamente a la maquinaria Palestina de guerra, en Mayo del 2002, por ejemplo, Khaled Meshaal de Hamas anunció que la devastación israelí era realmente "una victoria palestina que levanta la moral de nuestro pueblo". Para no quedarse atrás, Yasser Arafat de la Autoridad Palestina (AP) clamó lo mismo el mismo mes, "cuanta más destrucción veo, más fuerte me vuelvo".
 
Puede que estos líderes puedan engañarse a sí mismo fingiendo que esa derrota es victoria, pero cifras crecientes de palestinos están conociendo las amargas realidades de perder una guerra. Su ánimo se ha oscurecido desde Febrero del 2001, cuando el primer ministro, Ariel Sharon, llegó al poder con la intención de establecer que la violencia contra Israel no funciona.
 
Los resultados han afectado profundamente a la vida palestina. En una ciudad de 5.000 habitantes en el West Bank, un residente declaró al Times of London cómo su ciudad se había visto "aislada del mundo entero, hasta de otras aldeas. Todos tienen que estar en sus casas a las 6 de la tarde, y las patrullas Israelíes se dejan caer cada día para comprobar".
 
El aislamiento prolongado ha calado el declive económico. Las cifras recientes de la AP muestran que el 84% de la población palestina vive en la pobreza, como se define según el Banco Mundial, cuatro veces la cifra anterior a cuando los Palestinos intensificaron la violencia a finales del 2000. Los residentes de la AP son 3,5 millones y su economía produce 2.500 millones de dólares al año, lo que significa que la renta promedio per cápita es de 700 dólares al año.
 
Un estudio del Banco Mundial en el 2003 halló que la inversión en la AP cayó hasta 140 millones de dólares en el 2002 desde casi 1.500 millones de dólares en 1999. Los Naciones Unidas concluyeron en el 2003 que los palestinos han vuelto a la agricultura de subsistencia - cultivando su propio alimento - en lugar del trabajo más sofisticado que habían estado haciendo previamente.
 
Comentando la situación, el enviado especial de las Naciones Unidas a la región, Terje Roed-Larsen, describe la economía Palestina como "devastada".
 
(Dicho eso, las condiciones no deben exagerarse. La ayuda exterior añade 800 millones de dólares al año, llevando la renta anual per cápita hasta casi los 1.000 dólares - o casi la misma que Siria y por encima de La India y de todos a excepción de un puñado de países sub - saharianos. En consecuencia los palestinos no son en absoluto el pueblo más pobre del mundo).
 
En una palabra, las duras políticas del Señor Sharon han establecido que el terrorismo daña a los intereses palestinos aún más que a los de los Israelíes. Esto ha llevado a algunos analistas profundamente hostiles a Israel a reconocer que la "segunda intifada" fue un error penoso. La violencia "se salió de madre", dice Sari Nusseibeh, presidente de la Universidad Al - Quds. Un "desastre sin mitigar" la llama el periodista Graham Usher, "un crimen contra el pueblo Palestino" agrega un diplomático Árabe.
 
Tras la ejecución del otro líder de Hamas, Ahmed Yassin, el mes pasado, 60 palestinos prominentes llamaron a la contención en un anuncio de prensa, argumentando que la violencia provocaría fuertes respuestas Israelíes que obstruirían las aspiraciones para construir una "Palestina independiente". En su lugar, los firmantes llamaron a "una intifada pacífica y sabia".
 
Los palestinos ordinarios, también, están llegando a la saludable conclusión de que asesinar israelíes no les trae ningún beneficio. "Perdimos tres años para nada, esta sublevación no logró nada", dice Mahar Tarhir, de 25 años, un propietario de una tienda de aluminios. "La cólera y la desilusión han sustituido el espíritu que una vez impulsó el movimiento Palestino", concluye Soraya Sarhaddi Nelson, una reportera para Knight Ridder.
 
En cuanto a los israelíes, desde Julio del 2003 el engranaje militar llegó a la conclusión de que Israel estaba alcanzando la victoria. Más sutilmente, el analista israelí Asher Susser concluyó en el Middle East Quaterly de por aquel entonces que el esfuerzo Palestino de quebrar la moral Israelí a través del terrorismo "ha fracasado" y recurrir a la violencia "fue un error catastrófico, el peor que los Palestinos hayan cometido desde 1948".
 
En este contexto, la eliminación rápida de dos caciques de Hamas en fila agudiza la percepción palestina de que la voluntad de Israel de defenderse a sí mismo es fuerte, su brazo militar fuerte, y que el terrorismo es tácticamente incorrecto. Quizá más palestinos se darán cuenta de que ha llegado el momento de aceptar la existencia del Estado judío.

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