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El color del cristal

Los acontecimientos en Irak se suceden y sus repercusiones en Estados Unidos, el Mundo Árabe y Europa llenan las páginas de los periódicos. En el plano operativo, algunos hechos revelan la debilidad del enemigo. Los baasistas no han parado de ceder posiciones. El dirigente radical del chiísmo Muqtada al-Sader ha abandonado la ciudad santa de Nayaf rechazado por sus habitantes, que siguen la política de moderación marcada por la jerarquía religiosa.
 
Sin embargo, en el plano político los islamistas radicales están cosechando grandes victorias. La retirada de Faluya, después del descuartizamiento de los guardias de seguridad norteamericanos, está siendo interpretado como una prueba más de la cobardía occidental. En su perspectiva, somos capaces de infligir daño si estamos parapetados tras nuestras poderosas tecnologías, pero cuando es nuestra vida la que está en juego, rehuimos el combate. La reacción en Estados Unidos tras el justificado escándalo ante las torturas es comprensible para nosotros, pero hilarante para ellos. Por aquellas tierras, la tortura es moneda de curso legal. El arrinconamiento del Presidente Bush, su petición de disculpas, el hecho de que la mayoría de los norteamericanos crea ahora que la Guerra de Irak fue un error, son pruebas inequívocas, a ojos de los radicales, de que su estrategia rinde, de que somos débiles y no estamos dispuestos a soportar los rigores de una guerra de desgaste durante un tiempo prolongado.
 
La imagen de Estados Unidos se desmorona en el Mundo Árabe por lo que ellos entienden como debilidad. Si queremos terminar el trabajo iniciado en Irak y llevar adelante una política dirigida a transformar el Mundo Árabe tenemos que ser capaces de comprender su lógica y hacerles llegar los mensajes que a nosotros nos interesan. Occidente debe presentarse como el baluarte de la democracia liberal, con todo lo que ello representa, pero también de la fortaleza en la defensa de sus posiciones. Desde Vietnam hasta Madrid hemos dado reiteradas pruebas de debilidad, que han alimentado la voluntad de nuestros enemigos. Si no comprendemos algo tan sencillo como esto y asumimos sus consecuencias es sólo cuestión de tiempo que nos impongan sus condiciones.
 
GEES: Grupo de Estudios Estratégicos.

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