Es posible que los datos de la encuesta del CIS realizada tras las elecciones y que conceden tan amplia ventaja al PSOE sean ciertos, falsos, manipulados o sin manipular. Es evidente que mucha gente que votó al PP ha dicho que no le votó, pero no se sabe si estamos ante un cambio de tendencia, de ciclo hegemónico en las urnas o ante un efecto instantáneo dentro del clima de susto y soponcio que vive España desde el 11-M. No sería extraño que ese soponcio político-social se prolongara en las elecciones de Junio y tampoco sería extraño que sucediera lo contrario, siempre que el PP sea capaz de movilizar a sus votantes en unas elecciones que movilizan bastante poco. Hasta que no se cuenten los votos, no lo sabremos.
Pero si el PP tuviera un mal resultado, incluso muy malo, no debería suponer un cataclismo. No es inevitable pero, si sucede, tampoco es irreparable. Ni los candidatos europeos dejarán de ser valiosos por ser cuatro más o menos ni, y esto es lo importante, Rajoy dejará de ser un excelente jefe de la Oposición y un buen líder para el PP. Los que quieren empezar a moverle la silla para sentar en ella a Gallardón deben saber que si hay hoy un líder que une a la derecha por encima del resultado, ése es Rajoy. Y que si hay un político de la Derecha que destruiría al PP, fuese cual fuese el resultado, es Gallardón.