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Ignacio Villa

Las recetas socialistas de siempre

Estos primeros metros de la carrera electoral del 13 de junio nos deja el testimonio directo de como va a ser la estrategia del Partido Socialista. ¿Novedades? Pocas. La receta de siempre: estilo rastrero y manipulación consciente de la realidad. El candidato socialista en las primeras de cambio ha enseñado su estrategia: guerra, guerra y más guerra. Lo previsible, pero hay quien pensaba –ingenuamente– que iban a guardar las formas. Pero nada más lejos de la realidad. Pepe Borrell –como le llaman los mismos que le laminaron en su carrera de candidato a La Moncloa– ha enseñado a las primeras de cambio sus cartas: guerra de Irak y torturas. De nuevo es la vuelta a la nulidad en las propuestas y en el programa; es la recuperación del ataque y de la difamación como único recurso político.
 
En este sentido, la reacción de Jaime Mayor Oreja ha sido clara: "hablemos de torturas, de acuerdo, pero las torturas del GAL y de los atajos en la lucha contra el terrorismo". Oreja ha respondido con contundencia, la mejor forma –desde luego– para cortar por lo sano las malas artes del PSOE. Mayor Oreja ha respondido a la brava a Borrell, y es que entre los militantes y simpatizantes del PP se demanda "capacidad de reacción" ante el PSOE. No se trata de ir a la contra o de vivir refugiados en las trincheras de los complejos. Pero es necesario que desde el PP se den muestras de claridad a la hora de defenderse. Dicho de otra forma, no hay que "chuparse el dedo".
 
Además, desde el PSOE no se abandona otra de sus habituales artimañas: el cambio de la realidad. Después de que Zapatero hiciera suya en la sesión de Investidura la firma en Madrid de la Constitución Europea, después de que fuera incluida esta iniciativa a "bombo y platillo" en el Manifiesto electoral de las Europeas, todo ha quedado en nada. Primero vino la llamada "claudicación de Roma" de Zapatero ante Berlusconi, luego ha llegado de "tapadillo" la desaparición de esa propuesta del manifiesto socialista. En fin, no pasarán muchos días antes de que nos intenten convencer de que lo de la firma es culpa del Partido Popular. Lo dicho, las recetas socialistas de siempre. Más de lo mismo.
 

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