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Agapito Maestre

¿Dónde están los líderes del PP?

Porque el sistema político no funciona sin oposición, los ciudadanos empiezan a inquietarse ante la debilidad del PP al perder el poder del Gobierno de la nación. Su forma de ejercer la oposición es débil en las formas y sin criterio en el fondo. Hay más de un motivo para decir que el PP está bajo mínimos. Aunque resulta paradójico, es necesario afirmar que el partido con el nivel de afiliación más alto de España está sonado. Sus “dirigentes” aún no comprenden que la oposición es un lugar privilegiado para hacer política. Después de haber perdido las elecciones, pareciera que la mayoría de sus “líderes” nacionales están buscándose un sombraje que los proteja de la intemperie durante los próximos años. No quieren enterarse de que la oposición es su mejor protección. Ahí es donde tienen que fijar sus tareas políticas. Ahí es donde deben fijar todos sus esfuerzos. Ahí es donde los ciudadanos van a valorar su trabajo. Si los políticos del PP no ejercen de verdad, y a todas horas, la labor de oposición, corren el riesgo de convertirse en historiadores de su propio presente.
 
Las debilidades del PP en su tarea de oposición no se refieren únicamente a la falta de iniciativa de sus dirigentes, sino sobre todo a la carencia de respuestas, por no hablar de silencio absoluto, ante las opiniones emitidas por los dirigentes del PSOE. Resulta incluso alarmante que un partido tan bregado en tareas parlamentarias como el PP, apenas haya presentado iniciativas legislativas. Si el silencio parlamentario lo llevamos a la calle, entonces la cosa puede llegar a ser patética. Por ejemplo, el ciudadano se entera por la prensa de que será traducida al catalán, el vasco y el gallego la Constitución Europea, pero no sabemos cuál que es la opinión del PP al respecto. Si está o no de acuerdo y, sobre todo, que nos expliquen a todos los españoles cuáles son las repercusiones que tendrán para la vida ciudadana. La ciudadanía quiere oír, pues, la opinión de sus políticos, aunque estén en la oposición, o precisamente por eso quiere escucharlos con más atención. O se toman en serio este asunto los dirigentes del PP o puede estar toda la vida en la oposición.
 
En fin, cualquier observador de la vida política, ve sin muchas dificultades que en el PSOE hay muchas voces, e incluso diferentes modulaciones a la hora de expresarse sus dirigentes, unos hacen de buenos y angelicales y otros van de malos y perversos. No ocurre lo mismo en el PP. El ciudadano mira entre los dirigentes del partido de Génova y no halla a su “Pérez Rubalcaba”. Es como si todos en el PP hubieran renunciado a las formas y fondos políticos de carácter duro e intransigente. Todos en el PP quieren ser centristas. Todos en el PP parecen estar esperando las instrucciones desde una alta instancia, pero ésta no aparece por ningún sitio. Y es que algunos aún no se han percatado de que Aznar ya no está. Con él podían ocultar su inanidad, pero ahora tendrán que fajarse con la dura realidad.
 

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