La entrevista que este lunes van a mantener en el palacio de la Moncloa, el presidente Zapatero y el secretario general del PP Rajoy va a ser un buen escenario para encontrar sentido a muchas cuestiones de la actualidad política. Este primer cara a cara personal y oficial entres los dos se va a convertir en el termómetro de la verdadera realidad política.
Para empezar habrá que reconocer que Mariano Rajoy le ganaba la partida a Zapatero al pedir hace unos días la entrevista con el presidente del Gobierno. El lider del PP "robaba" al Jefe del Ejecutivo esa iniciativa, dicho de otra forma, le ganaba la partida con una buena dosis de talante del bueno. Este es un precedente al que hay que sumar la superioridad permanente y manifiesta de Mariano Rajoy sobre Rodríguez Zapatero en el Congreso de los Diputados. Primero fue en el debate de Investidura y desde entonces, cada semana, en la sesión de control al Ejecutivo el lider de la oposición vapulea al presidente del Gobierno. No es fácil, puesto que Zapatero tiene a su favor todos los resortes del poder, pero aun así Rajoy sale victorioso sin problemas de esos enfrentamientos parlamentarios.
Con este panorama se hace evidente que Mariano Rajoy llega a la entrevista con una clara distancia en el fondo y en las formas. Es más ha conseguido, por el momento, que el propio Zapatero sea víctima de su propia estrategia.
El presidente del Gobierno que habla a todas horas de su nuevo talante, al final ha caído en las redes de su insistencia. Y desde luego con Mariano Rajoy enfrente el camino del talante tiene poco futuro. Para talantes, el del secretario general del Partido Popular. Hasta la fecha, Zapatero está quedando en evidencia. El talante tan cacareado del presidente del Gobierno ha quedado reducido a la mínima expresión. Cuando se gobierna, además de gestos al aire, hay que gestionar. Y eso, por lo que estamos viendo son palabras mayores. En resumen, sí hablamos de talante, la patente ya no es de Zapatero.