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Víctor Llano

El alcalde de Oviedo adopta a un verdugo

Por mucho que al regidor de Vetusta le preocupe la suerte que puedan correr sus familiares en Cuba, jamás ha debido conceder a uno de sus más afamados verdugos el título de “Hijo Adoptivo de Oviedo”. No es sometiéndose al chantaje de Castro como va a ayudar a sus antepasados rehenes de la tiranía. Gabino de Lorenzo no sólo se ha burlado de José María Aznar y traicionado a su partido; ha hecho algo infinitamente peor, ha mancillado la memoria de todos los asturianos que la tiranía castrista ha fusilado o despojado de todo lo que era suyo y ahora es del “ahijado” del alcalde de Oviedo y de sus cómplices.
 
Y es que ningún hijo de asturiano ha hecho más daño a más asturianos que el “Gallego Fernández”, vicepresidente de la peor de las tiranías que existe hoy en el mundo. Sin embargo, nada de esto parece importar a Gabino de Lorenzo, para quien “los lazos familiares y de sangre están por encima de las convicciones políticas”. ¡Ya hay que tener poca vergüenza! No sabemos lo que se le ha perdido al alcalde de Oviedo en Cuba, pero si quiere encontrarlo que lo busque con su dinero. No con el dinero de los ovetenses que ven con estupor cómo sus impuestos sirven para ofrecerle cenas y homenajes a un canalla que lleva 45 años atormentando a miles de asturianos.
 
Como ustedes saben, existen muchas maneras de ser miserable, de hacer daño y de burlarse de las víctimas y de la memoria de los muertos; pues bien, Gabino de Lorenzo ha escogido la más sórdida de todas. Lejos de denunciar a los verdugos de cientos de miles de sus paisanos, les ayuda económicamente y les ofrece distinciones y sinecuras. Pero no otra cosa podíamos esperar de don Gabino. Ya en el mes de mayo del año 2000 cenó y departió con Castro durante 8 horas. Después de tan agradable velada le regaló medio millón de dólares. Y es que el tiempo de coma-andante es oro. Sobre todo si lo paga el alcalde de Oviedo.
 
Ahora dice De Lorenzo que nos une con Cuba “lazos de sangre”. Por desgracia, no le falta razón. Es mucha la sangre asturiana que se derramó en la Isla de las doscientas cárceles por decisión de sayones como el “Gallego Fernández”. Probablemente, junto a los hermanos Castro, uno de los tres máximos responsables de la tiranía. Jamás el coma-andante se desprendió de él. Y ya es difícil después de tantos años. Ya pueden ustedes imaginar la catadura moral del personaje que el alcalde de una de de las ciudades más bellas e importantes de España ha nombrado “hijo adoptivo”.
 
En cualquier caso, no debemos detenernos por mucho más tiempo en las simpatías o lo intereses que pueda o no tener en la Prisión-grande el cuando menos peculiar alcalde de Vetusta. Las simpatías ya las conocemos, y de los intereses, si lo hay, ya no enteraremos. Es al Partido Popular a quien le corresponde desautorizarlo con urgencia. ¿O no? ¿O es que acaso el señor Rajoy está de acuerdo con que un importante político de su partido le regale a la tiranía de Fidel Castro medio millón de dólares y adopte como hijo de Oviedo a un asesino en serie, vicepresidente de un gobierno que no hace mucho acusó a Aznar de nazi y de alcahueta de Bush?
 
Vale que Rajoy no se atreva con Fraga que también se abrazó con el abanderado del Monstruo de Birán en España; no obstante, cabe esperar que al menos a Don Gabino le pida explicaciones de su extraña conducta. No es de recibo que le reprochen a Ibarreche que ayude a financiar la tiranía castrista y luego ellos hagan lo mismo. Pero es lo que hay. Es lo que los cubanos pueden esperar del Partido Popular. Ya se fueron sin solucionar la situación de 3000 víctimas de Fernández que por huir de él deambulan sin papeles por las ciudades de nuestro país. A ellos ni agua. A su verdugo pasta, honores y cenas. Peor, imposible.
 

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