TVE se ha cubierto de gloria después de la entrevista al candidato del Partido Popular que le hizo Baltasar Magro en “La Primera”. Después de quince minutos de publicidad, los “spots” electorales y otros entretenimientos, cuando ya la audiencia no resistía la demora de más de quince minutos en la comparecencia de Jaime Mayor Oreja, la televisión pública demostró que ya es la más incompetente o la más manipuladora, al cortar la intervención para desmontar desde el principio una entrevista con el candidato de la oposición.
Los espectadores que habían conseguido soportar todos los elementos disuasorios para seguir atentos a TVE se encontraron con la sorpresa de que, al poco de empezar, Baltasar Magro –que ha cambiado su impavidez con unos gestos de “gremlin” maligno– se empeñó en presentar las listas del PP como un conjunto de fracasados de la política nacional. No contento con esto, no se sabe por qué razón, la emisión se cortó, con lo que se creó el efecto de que era un programa grabado y desmontó el espectáculo.
Lo de menos ya fue que Mayor Oreja argumentara, que Magro insistiera en la guerra de Irak o que la entrevista fuera sosa, con un periodista convertido en la “cara B” de Urdaci y un político que no se colocó en la oposición, sino en el Ministerio que ya perdió. Lo más importante es que cunda la razonable sospecha de que, mientras en las cadenas privadas se cumplen los pactos y se atienen a la rigidez que mandan los partidos, en TVE se trate de manera muy diferente a Borrell y a Mayor Oreja en días consecutivos.
Todavía podemos acordarnos del mensaje subliminal que se lanzó hace años, cuando le pusieron a Butragueño la marca PSOE en sus partes. Aquello era un refinamiento en comparación con lo que ha ocurrido la noche del jueves en TVE, en vísperas de las elecciones europeas. Habrá que analizar el minutaje para ver si ha habido eliminación de párrafos, pero lo que está claro es que el corte y rebobinado de la cinta hace sospechar a más de uno el intento de hundir la comparecencia de Mayor Oreja, aunque la cadena pierda audiencia y credibilidad.
Si la Junta Electoral Central ya tuvo que intervenir por el anuncio de un debate en TVE que no estaba confirmado, ahora se encuentra con esta entrevista chapucera en la que lo de menos son las aparentemente aviesas intenciones de Magro en una entrevista aburrida, y todo indica que lo que más cuenta es la manipulación de la cadena pública, de manera burda y descarada, para hacer huir a la audiencia de la visión y los argumentos del candidato del Partido Popular. Caffarel ya se ha puesto otra medalla con la mayor chapuza.