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Michael Fumento

Hidrocarburos para 500 años

Con el precio de la gasolina alcanzando alturas estratosféricas y la publicación de libros como “Sin gasolina” y “El fin del petróleo” vale la pena averiguar si el tanque mundial marca “vacío”. Repasemos un poco de historia. La Oficina de Minas del gobierno de EEU predijo en 1914 que las reservas petroleras de este país se acabarían en apenas una década. En 1931 y de nuevo en 1959, el Departamento del Interior estimó que las reservas durarían sólo 13 años. En 1977, el presidente Jimmy Carter declaró que “podemos agotar todas las reservas probadas del mundo a fines de la próxima década”.  En realidad, el primer anuncio de que se agotan las reservas petroleras fue hecho en 1855, cuatro años antes de que se perforara el primer pozo.
           
Y si ajustamos los precios actuales de la gasolina a la inflación, no parecen tan altos. También debemos tomar en cuenta que la gasolina que hoy consumimos no tiene plomo y ha sido reformulada para disminuir la contaminación.
           
Pero no se pueden negar los aumentos considerables de precio en los últimos años. ¿Se debe ello a los recortes de la OPEP, disturbios políticos en Irak y Venezuela, y a la caída del valor del dólar? ¿O es que los precios reflejan las profecías de fin de mundo de que se está acabando el petróleo?
           
Es evidente que la oferta no está cayendo. Las reservas probadas aumentaron de 677.000 millones de barriles en 1982 a 1.048.000 millones en 2002, un aumento de 55%; mientras que el consumo aumentó 13%. “Reservas probadas” de petróleo crudo significa cantidades con razonable certeza de ser extraídas bajo las actuales condiciones económicas y operativas. 
           
¿Y qué decir de la producción futura de petróleo? Según la información que acaba de publicar la Administración de Información Energética, la producción seguirá creciendo hasta el año 2025, el último de la proyección.
           
Pero el consumo también seguirá aumentando, en parte por el aumento de la población mundial (que está creciendo más lentamente) y por la mejora del nivel de vida de la gente, lo cual permite cambiar la suela de los zapatos y las bicicletas por automóviles. Aun así, si el consumo sigue creciendo a razón de 1,4% al año y no se consigue ni una gota de nuevas reservas, las actuales reservas nos durarán 40,6 años, según la “BP Statistical Review”, considerada la biblia de las estadísticas petroleras.
           
Parte del petróleo va a la generación de electricidad, a calefacción y a usos industriales, en competencia con el gas natural y el carbón. Por lo tanto, es importante tomar en consideración que las reservas de gas natural son hoy 60% mayores que en 1982 y las reservas de carbón siguen aumentando. De ser necesario, todo el petróleo que no se utiliza en producir gasolina para los vehículos, podría ser reemplazado por estas otras fuentes de energía y por energía nuclear.
           
Aunque no se ha avanzado suficiente con las células de combustible, estas son más eficientes que el motor de combustión interna y se sigue adelantando en su desarrollo. Por algo General Motors, Toyota y Hyundai tienen ya prototipos que utilizan gas natural que se convierte en hidrógeno.
           
El aumento del precio de la gasolina también hace más atractivo el desarrollo del bitumen, un hidrocarburo súper pesado, del que Canadá tiene más reservas que el total de reservas de Arabia Saudí. Un precio sostenido del petróleo de 25 dólares el barril haría atractivo el desarrollo de esas reservas.
           
Según David Deming, profesor de geología y geofísica de la Universidad de Oklahoma, al nivel actual de consumo petrolero, el bitumen cubriría el consumo mundial por más de 500 años.
 
© AIPE

 
Michael Fumento es académico del Hudson Institute y analista de Tech Central Station
 

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