La llamada Ley integral de lucha contra los malos tratos se ha convertido una evidencia del hacer socialista. El primer proyecto estrella de Zapatero se va a volver contra él. Simplemente porque es una hipocresía continuada.
Se han empeñado en sacar adelante una Ley que supuestamente avanza en la protección a las víctimas de uno de los delitos contra el que la sociedad está más sensibilizada. Esta es la primera falsedad. Se trata de una norma innecesaria porque lo que falla es la aplicación de las ordenanzas. Jueces que no hacen cumplir la Ley, policías que no valoran amenazas o moratones, denuncias que se ahogan en el polvo del desencanto funcionarial o conflicto de competencias entre comunidades, impiden su efectividad. Innecesaria también porque si algún resquicio quedaba a la libre interpretación del castigo a los maltratadores, fue remediado por el anterior Gobierno. En Octubre entra en vigor una reforma del código penal en la que se endurecen las penas.
Superflua, por tanto, para la sociedad, pero tan esencial para los socialistas que han puesto todo su empeño con prepotencia y alevosía. Víctimas de sus propias falacias, no han tenido reparo en anunciar abiertamente que van a pasar por encima del máximo órgano de los jueces. No era obligatorio solicitar un dictamen al CGPJ pero el Ejecutivo, forzado por su promesa de pactos y transparencia, anunció a bombo y platillo que pediria la opinión del máximo órgano judicial. Otra falsedad. Ahora que la tiene y es totalmente contraria, se lo salta a la torera, al más vergonzoso estilo del salto de la rana.