Han sido varias semanas de recuentos y de espera, pero al final el Partido Popular ha conseguido el escaño número 24. Unos resultados que dejan a los populares a un sólo diputado de los socialistas en las recientes elecciones europeas. Sin duda en el PP se deberá respirar satisfacción por este equilibrio final; pero lo más llamativo e importante de este reparto de escaños es que el Partido Socialista -partido que está en el Gobierno- ha sufrido un durísimo retroceso en menos de tres meses después de las elecciones generales.
Los resultados del 13 de junio ya eran malos para la calle Ferraz, pero con este recorte del PP, los resultados para los socialistas son aún peores. La realidad es que el PSOE recibe de nuevo un duro golpe para su verdadera intención de cimentar el triunfo de marzo. Zapatero sabe que lo del 14 de marzo tiene unas características determinantes. Y aunque nadie pone en duda la legitimidad de esa victoria -han ganado y punto- es el propio Zapatero y su gente los que tienen la ansiedad política de demostrar que su mayoría parlamentaria tiene un respaldo de la que en realidad carece. Y es que es evidente que en Moncloa son conscientes de que sus apoyos en el Congreso, (Izquierda Unida o Esquerra Republicana) les van a llevar a situaciones límites, en muchas ocasiones, durante esta legislatura.