(La última de Gallardón: Beatriz Gimeno, presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales, dice que el PP no ha sido invitado a la manifestación del “Orgullo Gay” porque “no ha demostrado interés por nuestros derechos”; sin embargo, el Ayuntamiento de Madrid patrocinará la fiesta que tendrá lugar tras la manifestación.)
Unos tienen que estar con
Albertón Ruiz Gallardín
y otros quieren estar sin
Albertín Ruiz Gallardón.
Por su largueza simplona,
no queda en Madrid un progre
que enchufe con él no logre;
y hasta incluso subvenciona
a progres de Barcelona
–que son de la gauche divine–,
a quienes suelta un pastón
para que se queden con
Albertón Ruiz Gallardín.
Los barandas gay-lesbianos
no soportan al Pepé,
pero aceptan el parné
de los peperos paganos.
Y lo toman a dos manos
–que es tomar su condición–,
brindando por él –chinchín–,
pues no interesa estar sin
Albertín Ruiz Gallardón.
Más heredero de Tierno
que de Álvarez del Manzano,
se finge republicano
por afán de ser moderno.
Hay quien ya lo manda al cuerno,
pues al rival es afín
y siempre le da jabón:
¿quién se lucra de estar con
Albertón Ruiz Gallardín?
En modo alguno se empacha
de favorecer a PRISA:
de forma mansa y sumisa,
ante Polanko se agacha.
Y, al final, lo llaman facha,
pese a tanta protección:
es la estirpe de Caín,
que nunca quiere estar sin
Albertín Ruiz Gallardón.
Unos dicen que es de centro;
otros, que es un submarino.
Hábil, brillante y ladino
le llaman de fuera y dentro;
y hay quienes van a su encuentro
porque les hace tilín,
y buscan colocación
ante, bajo, cabe y con
Albertón Ruiz Gallardín.
Brilla, fulgura y destella
y casi nunca zozobra;
experto en la maniobra,
engatusó a la Botella
para, valiéndose de ella,
investirse de barón,
de preboste y de delfín...
y que nadie pase sin
Albertín Ruiz Gallardón.
Reniega de lo castizo;
pero a la voz de “diseño”
todo él se pone risueño,
radiante y arrobadizo.
¿Es víctima de un hechizo
o es para darse postín
y alardear distinción
ante los que medran con
Albertón Ruiz Gallardín?
¿Finge ser fiel a Rajoy
para trepar a su puesto?
¿Se mostrará tan honesto
en el futuro como hoy?
Incierto y dudoso estoy...
porque es tanta su ambición
que siempre va, saltarín,
de Albertón Ruiz Gallardín
a Albertín Ruiz Gallardón.