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EDITORIAL

A Rajoy le sienta bien el estímulo de Aznar

El líder del PP, Mariano Rajoy, ha aprovechado inteligentemente su intervención de clausura de los cursos de verano de la Fundación FAES para reivindicar “la obra y el ejemplo” de Aznar como la mejor “herencia y capital del PP”. Frente a los incondicionales de Rajoy, que le ofrecen un respaldo tan acrítico como el que en su día le ofrecieron a Aznar, creemos que esta abierta y clara reivindicación del legado de su antecesor—en lo que tiene de desacomplejada y fiel a los principios— es la mejor forma que tiene Rajoy para plantear un discurso continuista, ambicioso y coherente que le haga llegar hasta esa presidencia del Gobierno que le impidió alcanzar —como ha recordado oportunamente Aznar— “la mayor desgracia ocurrida en Europa en los últimos cincuenta años”.
 
Ni Aznar quiere hacerle sombra a Rajoy, ni Rajoy debe eludirla moviéndose de sitio. Lo que tiene que hacer el nuevo líder del PP —y aun con tardanza y de forma intermitente lo viene ya haciendo— es auparse a su antecesor, superarle en altura con coherencia doctrinal, hacerse oír más y enfrentarse a la sordina que le hacen los medios precisamente elevando el tono —y el perfil— de su discurso. El nuevo líder del PP tiene más inteligencia y recursos retóricos que cualquier líder pasado de la derecha como para que sea la suya la voz que su electorado quiere oír, y eso sin tener que pedir a nadie que se calle. Rajoy, además, no sólo es heredero, sino que ha sido uno de los mayores y más eficaces contribuyentes a la gestión de gobierno durante las dos legislaturas del PP. Por tanto, no sólo sería una traición a los principios, sino un error de estrategia elemental —por muy pragmática que se quiera— no enfrentarse con energía, pedagogía y firmeza a los intentos de difamación socialista sobre lo que ha sido el pasado —y el fin— del Gobierno del PP. En ese esfuerzo de comunicación diario y en esa desacomplejada visión de su tarea radican las expectativas de futuro del actual líder del PP para llegar al Gobierno.
 
A esa tarea, al que Rajoy se entregó ayer nuevamente con brío en su implacable repaso a la gestión socialista y en su reto a ZP a debatir en el parlamento, le debe brindar apoyo FAES, si de verdad esta fundación quiere ser un verdadero Think Tank de apoyo al PP en la irrenunciable batalla de las ideas, y no un simple, cómodo y burocrático retiro de cargos políticos.

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