Menú
Juan Manuel Rodríguez

Las banderas de Emilín el tontín

Estoy de acuerdo con Emilio Sánchez Vicario cuando, nada más conocer la elección de la judoca Isabel Fernández como abanderada del equipo olímpico español en Atenas, se apresuró a decir que "sólo en España funcionan las cosas así". Es cierto. Sólo en España puede darse el sorprendente caso de un presidente de federación (Agustín Pujol) que se ponga a criticar la decisión del Comité Olímpico de su país tras saber que no han elegido a "la suya", a la que él pretendía haber enchufado por delante del resto. Sólo en España puede suceder que el hermano de Arancha Sánchez Vicario (quien, por cierto, no ha abierto la boca en todo este asunto, quizás por la vergüenza ajena que le da oír todo esto) salga por ahí hablando de campañas orquestadas y de que nuestras autoridades no saben aprovechar los "referentes mundiales". Sólo en España puede haber un tonto, tan tonto, tan tonto, tan tonto como para decir que Isabel "tiene la mala suerte de practicar un deporte sin mucha repercusión"... ¿Sabe Emilio Sánchez Vicario la repercusión que tenía el tenis en España hasta que surgió Manuel Santana?...
 
Nuestras autoridades ya premiaron a Arancha Sánchez Vicario concediéndola el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes precisamente por haber sido durante mucho tiempo un referente de España en el mundo... ¿Quiere Emilín que erijamos una estatua a la saga de los Vicario en pleno centro de Wimbledon? ¿O le gustaría más otra en el Salón de la Fama?... El criterio escogido por el Comité Olímpico Español para elegir a nuestro abanderado en Atenas no consistía, que yo sepa, en el nivel de conocimiento internacional que se tuviera del deportista en cuestión, ni tampoco donde pagara o dejara de pagar el interfecto sus impuestos, si aquí, allá, acullá o allende las fronteras. La elección del abanderado, querido Emilín de mis entretelas, incluía el epígrafe "clasificado por méritos propios", y resulta que Arancha estaba ya oficialmente retirada de las pistas de tenis y que fue excepcionalmente invitada a participar en los Juegos de Atenas.
 
Veinte de los veintiún asistentes a la reunión del COE se decantaron por Isabel, y sólo uno -el desafortunado Pujol, abanderado de la inoportunidad- lo hizo por Arancha. Si pretendió el presidente de la federación española de tenis ser más papista que el Papa, o si su intervención fue inducida por otros, ése es ahora un problema del propio Pujol, pero la única campaña que yo conozco contra Arancha Sánchez Vicario la está encabezando desde hace algunas horas su hermano Emilín, alias "el fantástico". Sus palabras nos han refrescado la memoria a todos y nos han hecho recordar que, a pesar de su condición de miembro del COE, Arancha nunca ha acudido a ninguna de las asambleas ordinarias y extraordinarias que se llevaron a cabo en dicho organismo, o que, por ejemplo, el resto de atletas siguen indignados porque en Sydney la tenista decidió no alojarse en la villa olímpica como hizo el resto. Gracias, Emilín, por aclararnos las cosas.

En Deportes

    0
    comentarios