Ha comenzado el ocaso de la agricultura competitiva, no subvencionada y de excelente calidad, del Levante español. El principal responsable de este ocaso es Maragall y Zapatero que han impedido la ejecución del Plan Hidrológico Nacional. Otras muchas consecuencias se derivan de la suspensión del este Plan Hidrológico por parte del Gobierno del PSOE. He aquí dos fatales para el desarrollo de la nación española: la primera es la puesta en práctica de unas políticas insolidarias del gobierno del PSOE, que tienden a premiar la Comunidad Autónoma Catalana frente a las de Valencia, Murcia y la provincia de Almería. Y, en segundo lugar, da un tajo más a la idea de España nación diversa, plural y solidaria, pues este plan era, sin duda alguna, el último proyecto genuinamente nacional, porque estaban implicadas varias comunidades y provincias.
Después de la suspensión de este Plan Nacional, cualquier Comunidad Autónoma está “legitimada” para asestarle otro tajo a España. Un ejemplo basta: hace un par de días el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, le ha pedido a Zapatero, presidente del Gobierno de España, que suspenda inmediatamente el trasvase del Tajo al Segura, porque sin el agua de este río es imposible el desarrollo de su región. Siguiendo las pautas de insolidaridad que Maragall le ha impuesto a Zapatero para “gobernar” una España plurinacional y asimétrica, o sea, un conjunto de “reinos” con intereses inconciliables, Barreda le ha dicho a Zapatero que él no quiere reformar el Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha, pero a cambio tiene que paralizar, primero, las obras de infraestructuras hidráulicas proyectadas para ampliar el trasvase Tajo-Segura y, después, terminar con los trasvases de la cabecera del Tajo al Levante español.