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El profesor Fernando Álvarez-Uría ha expresado en El País el pensamiento único: “cruzada contra el Estado del bienestar”, “los seres humanos…meras mercancías”, “frente al egoísmo y el afán de lucro cabe…la solidaridad entre todos los seres humanos”, “el Estado social…es una conquista histórica”, “las fuerzas del capital tratan de imponer su hegemonía”, “proteger a la sociedad de la voracidad y la insolidaridad del mercado autorregulado”, “los seres humanos no son cosas”, “evitar que el fundamentalismo capitalista nos conduzca una vez más al borde de la barbarie”. Todo esto es humo convencional, pero don Fernando, además, desbarra así: “Friedrich Hayek, en Camino de servidumbre, intentó proporcionar una lógica a la vieja racionalidad económica liberal que ha llegado a monopolizar la ciencia económica para terminar por convertirla en una economía sin sociedad”.
 
¡O sea que la lógica hayekiana y liberal monopoliza la ciencia económica! Este caballero no tiene ni la menor idea de lo que es la ciencia económica, que no sólo no está en absoluto monopolizada por el liberalismo sino que en realidad en ella el liberalismo probablemente no ha sido predominante nunca. Ha contado sin duda con voces liberales, pero generalmente matizadas y ni siquiera con mayoría aplastante en el supuestamente ultraliberal siglo XIX.
 
Cuando alguien puede pensar que la economía es como fantasea el profesor Álvarez-Uría, entonces ya puede pensar cualquier cosa. Por ejemplo, pensar que el liberalismo separa la economía de la sociedad, grosera caricatura antiliberal que desde antiguo busca presentar a la economía como frío e inicuo artefacto materialista alejado de las genuinas preocupaciones sociales, a las que sólo atenderían los enemigos de la libertad.

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