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Según El País resultaría que el culpable de los atentados de Atocha sería José María Aznar, lo repiten machaconamente día tras día, para convencerse y convencer a las masas. Asimismo, y no faltaba más, Bush es culpable de todo, del terrorismo y los atentados habidos y por haber, y hasta de los aviones-bomba del 11 de septiembre. ¿Qué tiene que ver El País, en una carta de París? Pues mucho, porque es la principal, o la única, referencia de los medios galos en cuestiones españolas. Que eso ocurra con la corresponsal de Le Monde, Martine Silber, es lógico, los dos diarios han realizado su matrimonio homosexual, pero lo mismo ocurre con Le Figaro, otros diarios, las radios y cadenas de televisión. Lo que pasa en España es lo que dice El País, y a veces la SER, y así están tan bien informados los franceses de nuestros asuntos. Claro, no necesitan a El País para transformar en héroes positivos a los cuatro franceses musulmanes detenidos en Afganistán con las armas en la mano y enviados a Guantánamo, y a este presidio en el peor de los infiernos. Bueno, eso en la prensa, para la cual todo sirve en su propaganda antiyanqui, porque esos cuatro talibanes, entregados por las autoridades norteamericanas a las autoridades francesas, están siendo interrogados por la DST,(servicio de contraespionaje). Y aún se ignora su destino.
 
La moción de censura presentada por toda la oposición de izquierda contra el gobierno ha fracasado, como estaba previsto. Dicha oposición se lo esperaba, pero quería protestar simbólicamente contra el “golpe de estado” que consiste, según ellos, en la utilización del artículo 49-3, para que se apruebe, sin debate parlamentario, la ley sobre la “descentralización. Es cierto que Raffarin tenía prisa, pero estos señores se olvidan de que los socialistas en el gobierno, utilizaron 11 veces el artículo 49-3, y el gobierno Raffarin sólo dos. Es cierto que los socialistas estuvieron muchos más años en el poder desde 1981, y de todas formas, en Francia, la derecha también es socialista, o al menos comparte con ellos el culto del estado todopoderoso de los servicios públicos, de la burocracia y el odio al liberalismo y a los Estados Unidos. O sea, lo esencial. Es evidente que Francia sufre de una centralización administrativa y burocrática exagerada, todo tiene que pasar por París, pero lo que se propone no es aligerar y suprimir trabas, sino doblar las administraciones, y de paso los impuestos, no se democratizará la vida política, ni se reducirá realmente la pletórica burocrática estatal. Al lado de la administración central, se crearán locales y regionales, nuevas feudalidades y los problemas aumentarán.
 
No sé si es el presidente Chirac o el Primer Ministro Raffarin quien ha querido castigar a los ministros, el caso es que les está prohibido este verano ir de vacaciones, o sólo unos pocos días, cuando en Francia, bien sabido es, las vacaciones son religión de estado.

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