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Juan Manuel Rodríguez

Del escándalo Yong Kim al "scoop" de la BBC (I)

El 22 de enero de 1999, Juan Antonio Samaranch realizaba esta sorprendente declaración: "Sé que había corrupción, pero no pudimos cambiar el sistema". El presidente del Comité Olímpico Internacional reconocía abiertamente que existía corrupción (y de altos vuelos) en la organización que él presidía desde hacía veinte años, pero, sin embargo, se confesaba superado por los acontecimientos e incapaz de meter en cintura al famoso "sistema". Si Samaranch tenía conocimiento de la existencia de dicha corrupción y era ajeno a ella, ¿por qué no dimitió?, ¿por qué prefirió aferrarse al puesto después de haber presidido el COI durante cuatro lustros?, ¿por qué no evitar, con su adiós en el momento justo, que la sombra de la corrupción acabara por mancharle también a él?... Muchos "¿por qué?" y ninguna respuesta.
 
Y sin embargo, el "caso Yong Kim" demuestra que algo sí tenía que haber de cierto en todo lo manifestado por Samaranch. El surcoreano Un Yong Kim, vicepresidente del COI, fue condenado por un tribunal de Seúl a dos años y medio de cárcel por malversación de fondos y soborno cuando dirigía la Federación Mundial de Taekwondo. El juez le condenó igualmente a una multa de 674.000 dólares, cantidad equivalente a los sobornos que aceptó. A Kim le hallaron culpable de malversar 2,6 millones de dólares. Y lo más trágico del caso es que, pese a la amonestación, Yong Kim no sólo no fue expulsado del COI sino que mantuvo su posición de privilegio; es más, en 2001 fue candidato a la presidencia de la organización, votación de la que salió elegido el belga Jacques Rogge. En aquellas elecciones hubo cinco candidatos... ¿saben quien quedó en segunda posición?... Efectivamente, Yong Kim. Y ahí no acabó la cosa porque en julio de 2003, Kim volvió a ser elegido para otros cuatro años más como vicepresidente del Comité. Aunque Rogge gritara a los cuatro vientos que él había nacido para desterrar la corrupción del Comité Olímpico Internacional, la suya sería una prédica en el desierto puesto que el COI estaba podrido de arriba abajo.
 
Por eso Samaranch, cuando estalló el escándalo de la candidatura del Salt Lake City 2000, declaró al diario suizo Le Matin que aquello sólo había sido una "medio sorpresa". En diciembre de 1998, un documento con firma falsa pero de contenido auténtico llegó a la cadena de televisión de los Juegos de Invierno. En aquella carta se comunicaba al miembro camerunés René Essomba, ya fallecido, que finalizaba la beca concedida a su hija para estudiar en Washington. La Comisión Ejecutiva recibió entonces a los representantes de Salt Lake City en presencia de un abogado, quedando claramente demostrado que se habían efectuado transferencias a favor de miembros de comités nacionales olímpicos. Todos acudían al olor del dinero fác

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