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Juan Manuel Rodríguez

Del escándalo "Yong Kim" al "scoop" de la BBC (y IV)

"Interesados en el deporte y hombres de negocios", esa era la cínica división que hacía Ivan Slavkov de sus propios compañeros del Comité Olímpico Internacional a los periodistas de la BBC. "Interesados en el deporte y hombres de negocios". Puesto que el presidente del Comité Olímpico de Bulgaria es, entre otras muchas cosas, Doctor Honoris Causa de la Academia Nacional de los Deportes de Sofía, fue también, entre los años 1959 y 1964, miembro del equipo nacional de waterpolo de su país, y, además de dicho deporte, reconoce que practica con cierta asiduidad el tenis, la natación y el windsurfing, está claro que a él habrá que encuadrarle dentro de lo que él mismo definió como "interesados en el deporte"... ¿Se imaginan lo que podrán hacer los "hombres de negocios"?... Si Slavkov, uno de los miembros del COI vivamente "interesados por el deporte", es capaz de vender su voto por doscientos mil euros, ¿qué podrán estar haciendo a estas horas los "hombres de negocios"?
 
Exactamente igual que sucediera en el "caso Yong Kim", el COI actuó como Fuenteovejuna, "todos a una", cuando, allá por los años 90, Slavkov -yerno de Todor Jivkov, líder del Partido Comunista de Bulgaria- fue acusado en su país de malversación de fondos. No hubo investigación, y si la hubo no se depuraron en absoluto las posibles responsabilidades de Slavkov, quien -insisto que como ocurriera también en el caso de Yong Kim- no sólo no fue expulsado del COI sino que continuó una lenta pero segura ascensión dentro de la organización. Tras grabarle con una cámara oculta, Slavkov -pillado "in fraganti"- tiene una "salida de manual", y explica que estaba tratando de averiguar nuevos casos de corrupción. En otro momento del programa, el kuwaití Muttaleb Ahmad, director general del Consejo Olímpico Asiático, advierte lo siguiente sin sospechar en absoluto que le estaban grabando: "Ahora hay que ser extremadamente cuidadosos", en referencia al nuevo código ético del COI que, como podrá comprobarse fácilmente, estos caballeros (tanto los "interesados en el deporte" como los "hombres de negocios") se pasan ampliamente por al arco del triunfo.
 
Y es que aquí no hay ni Comités de Ética ni zarandajas que valgan. Lo que esta situación requiere es una inmediata cauterización de arriba abajo, una limpieza a fondo y un renacimiento del Comité Olímpico Internacional que un día creara el idealista francés Pierre de Coubertin. El otro día presencié por televisión la suelta de un grupo de palomas mensajeras que está previsto que lleguen a Atenas cuando se inauguren los Juegos. Temo sinceramente por la vida de esas palomas. Si llegasen a caer en manos de los miembros del COI "interesados en el deporte" acabarían en la cazuela, estofadas en la "moussaká" del primer restaurante ateniense, todo ello regado con un buen vino de "retsina". Mucho peor sería, sin embargo, que dieran con ellas los "hombres de negocios". De ahí que mi consejo sea el siguiente: ¡volad palomitas, volad!... ¡Pasad Grecia de largo!... ¡Volved a vuestro nido!... ¡No caigáis en la trampa! 

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