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EDITORIAL

La caradura petrolífera del PSOE

La única reacción que cabe esperar del gobierno frente a la subida del crudo es la que lleva adoptando durante los últimos años: echarle la culpa al PP.

El partido de ZP ha decidido ponerse manos a la obra y empezar a buscar en agosto las excusas necesarias para justificar el empeoramiento que mostrarán, ya este año, sus resultados económicos en comparación con los del PP. Para ello han tomado como responsable al aumento del precio del crudo. Las consecuencias de esta subida nos la pintan como un "empobrecimiento inexorable" de la que tienen la culpa los malditos yanquis y el pérfido Aznar. La subida encarecerá todo, dice el PSOE, y cuando esto ocurra, nadie debe osar otorgarles responsabilidad ninguna, pues ésta es del PP y de Bush. Durante los próximos días y semanas, veremos como repiten la táctica goebbelsiana ya empleada con respecto al 11M.
 
Por eso, es importante recordar algunos datos, por mucho que el partido de ZP prefiera escamotearlos. Lo más original del informe del PSOE es que asigna a la situación de Irak algo más 14 dólares del precio total del petróleo, mientras que ni al problema de Yukos ni a la incertidumbre generada por el revocatorio venezolano se les responsabiliza de más de dos dólares. Tampoco parece que la política de la OPEP produzca efecto alguno, aún cuando el cártel ha reconocido que puede subir la producción en unos dos millones de barriles, que es más o menos lo que Irak ha exportado antes y después de la guerra.
 
Hay que recordar que Irak llevaba trece años bajo un embargo que le impedía vender el petróleo en el mercado libre, lo que reducía enormemente su producción. Por eso, pese a los continuos sabotajes de los terroristas (que no tienen ninguna responsabilidad, claro, la culpa es de EEUU), su producción ya ha alcanzado ese nivel. El magro 2% de su aportación al total mundial es más o menos similar al de Yukos e inferior al de Venezuela, los otros dos focos de inestabilidad.
 
La petrolera estatal venezolana no ha conseguido recuperar su producción anterior al mandato de Chávez, que despidió a ingenieros y trabajadores capaces para colocar a correligionarios suyos. Por otra parte, la situación de Yukos no puede sino crear incertidumbre sobre el futuro de un país como Rusia, donde los vientos de la temida nacionalización soplan huracanados. Sin embargo, el PSOE asegura que entre ambos no explican ni un tercio de la subida de la que sí es culpable la guerra de Irak.
 
En cuanto a las consecuencias para la economía, conviene recordar que, en 1981, el petróleo era el 8% del PIB mundial; ahora es tan sólo el 2%. El comienzo de la guerra entre Irán e Irak, cuyo peso relativo en la producción mundial de petróleo era entonces mucho mayor, llevó el precio hasta lo que ahora serían 80 dólares, contando con la inflación. Sin embargo, las políticas liberales de Reagan y Thatcher permitieron que sus países crecieran bajo este escenario.
 
Si el PSOE estuviera realmente tan preocupado como aparenta por el impacto que el petróleo pueda tener en el futuro de la economía española podría empezar por adoptar una medida muy sencilla: bajar los impuestos a los combustibles, para amortiguar así la subida en los bolsillos de consumidores y productores. Claro que para ello tendría que reducir la vorágine derrochadora que muestra cada vez que abre la boca cualquiera de las ministras de cuota. Y a eso no están dispuestos, claro. La única reacción que cabe esperar del gobierno frente a la subida del crudo es la que lleva adoptando durante los últimos años: echarle la culpa al PP. Y esa incapacidad socialista para gobernar sí que nos llevará a un "empobrecimiento inexorable".

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