Lo ocurrido con la gerente del Teatro Real, Inés Argüelles, es el último eslabón de una cadena que todavía no ha terminado de fabricarse. Argüelles deja el cargo ante la "persecución psicológica" que está sufriendo por la actitud que ha mantenido hacia ella la ministra Carmen Calvo. La llegada del Partido Socialista al poder está propiciando una limpieza implacable, con una sonrisa de talante, pero de forma contundente y clara. El PSOE acaba con lo que había al conocido grito de "¡todos contra el PP!" Al mismo tiempo va situando en esos puestos clave del entramado del Estado a amigos del partido pero con una característica general, sectarismo en estado puro.
La "ocupación" se está realizando a lo bestia con desprecio hacia lo pasado y sin el respeto debido al trabajo de los demás. Son ya muchos ejemplos los que se pueden poner hasta ahora de esa ocupación ejecutada. Se puede hablar del ente público RTVE, donde la demolición de todo lo anterior ha sido absoluta. Pero en fin, hay muchos otros ejemplos. Desde el Museo de Arte Reina Sofía, pasando por el Ministerio de Exteriores donde han conseguido dividir a la carrera diplomática, sin olvidarnos de la Empresa estatal HISPASAT o incluso el equipo médico de Moncloa, que ha sido puesto en la calle. Como se puede ver, un amplio abanico de lugares donde con una sonrisita, alguna banalidad y más de una simpleza han destruido todo lo construido. Ese es el verdadero talante.