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Ignacio Villa

Limpieza implacable

Zapatero dice poner el talante, pero el verdadero talante se llama exclusión, radicalidad y limpieza

Lo ocurrido con la gerente del Teatro Real, Inés Argüelles, es el último eslabón de una cadena que todavía no ha terminado de fabricarse. Argüelles deja el cargo ante la "persecución psicológica" que está sufriendo por la actitud que ha mantenido hacia ella la ministra Carmen Calvo. La llegada del Partido Socialista al poder está propiciando una limpieza implacable, con una sonrisa de talante, pero de forma contundente y clara. El PSOE acaba con lo que había al conocido grito de "¡todos contra el PP!" Al mismo tiempo va situando en esos puestos clave del entramado del Estado a amigos del partido pero con una característica general, sectarismo en estado puro.
 
La "ocupación" se está realizando a lo bestia con desprecio hacia lo pasado y sin el respeto debido al trabajo de los demás. Son ya muchos ejemplos los que se pueden poner hasta ahora de esa ocupación ejecutada. Se puede hablar del ente público RTVE, donde la demolición de todo lo anterior ha sido absoluta. Pero en fin, hay muchos otros ejemplos. Desde el Museo de Arte Reina Sofía, pasando por el Ministerio de Exteriores donde han conseguido dividir a la carrera diplomática, sin olvidarnos de la Empresa estatal HISPASAT o incluso el equipo médico de Moncloa, que ha sido puesto en la calle. Como se puede ver, un amplio abanico de lugares donde con una sonrisita, alguna banalidad y más de una simpleza han destruido todo lo construido. Ese es el verdadero talante.
 
Una larga lista de puestos clave donde se ha querido realizar una limpieza política. Pero ahí no acaba todo. En otros lugares donde el cambio era previsible como la Biblioteca Nacional, el Gobierno Zapatero se ha delatado. Las últimas declaraciones de la directora de la BN, Rosa Regás, relacionando la derrota del PP en marzo con la caída de la dictadura franquista es un ejemplo claro de lo que realmente se piensa en los despachos del poder. Y es que la historia ya está clara. Zapatero pone la sonrisa, pero sus hombres de confianza hacen el trabajo sucio. Zapatero dice poner el talante, pero el verdadero talante se llama exclusión, radicalidad y limpieza.

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