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Juan Manuel Rodríguez

En la punta de los botines

A lo mejor lo que le está sucediendo al fútbol español es que se las da de super-clase cuando lo que tiene que hacer es acordarse menos de los "pasillos de seguridad", esos pasillos con los que Luis nos ha venido mareando desde que accedió al cargo

S.O.S. La selección española de fútbol está maldita. La verdad es que, unas veces porque el campo es demasiado grande y otras veces porque el campo es demasiado pequeño, nunca llueve a nuestro gusto. Así nos va, que nunca acabamos de dar nuestra auténtica talla. Porque talla, lo que se dice talla, tener, tenemos, pero ya digo que unas veces por unas cosas y otras veces por otras nunca conseguimos mostrarla. Nos hemos tirado toda esta semana hablando del estadio Bilino Polje, y la desgracia que nos acontece ahora es que este campo es demasiado pequeño para nosotros y se teme una auténtica encerrona de Bosnia-Herzegovina. ¿Y no será que la que tenemos pequeña es la mentalidad? ¿O será acaso una mentalidad acorde con el nivel de nuestro fútbol?... Los destacados de Bosnia son Baljic y Bolic, dos futbolistas que pasaron sin pena ni gloria por la Liga de las estrellas. ¡Pero vaya usted a saber lo que pueden hacer Baljic y Bolic en un campo tan menudo y con una encerrona a la vuelta de la esquina! Es el sino de nuestra selección.
 
Hablando de mentalidades, de campos y de encerronas. Obdulio Varela, capitán de la selección de Uruguay, un mulato con tres años de escuela elemental, les dijo a sus compañeros lo siguiente antes de saltar al césped del estadio de Maracaná en la final del Mundial contra Brasil: "Vamos a jugar como hombres. No miren a la tribuna. El partido se juega abajo. Ellos son once y nosotros también. Este partido se gana con los huevos en la punta de los botines". En las gradas había más de ciento setenta mil aficionados brasileños que esperaban el triunfo de la canarinha, pero aquel partido lo ganó Uruguay con el 2-1 definitivo de Ghiggia. El otro día -y en un partido teóricamente amistoso- los escoceses nos pegaron más que a una estera, y nosotros nos quedamos esperando al cobrador del frac. Maracaná era enorme, grandísimo y ensordecedor; aquel 16 de julio de 1950 los brasileños sí que habían preparado una señora encerrona, pero ellos sí tenían algo en la punta de los botines.
 
Dice Javier Clemente, nuevo comentarista de "El Tirachinas" de la Cadena COPE, que lo del estilo es una auténtica chorrada. Yo no lo creo así. A lo mejor lo que le está sucediendo al fútbol español es que se las da de super-clase cuando lo que tiene que hacer es acordarse más de Obdulio Varela y menos de los "pasillos de seguridad", esos pasillos con los que Luis nos ha venido mareando desde que accedió al cargo con el único objetivo de distraernos para que no le hiciéramos la siguiente pregunta: "¿Qué es lo que tenemos nosotros en la punta de los botines?"...

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